viernes, 14 de octubre de 2022

PENSAMIENTOS EN VOZ ALTA

            Algún día, harto de oír en los noticieros solo noticias de corrupción y saqueo de las arcas estatales, algo dejó de rimarme. No sabía qué era, pero era algo que no me cuadraba.

             La luz vino llegando cuando oí algo del presupuesto nacional.

             Pues claro, pensé. De dónde viene la plata con que se alimenta el estado y que alimenta a unos cuantos ladrones? Pues de un presupuesto. Y de dónde viene esa plata que alimenta el presupuesto? Pues claro, de los impuestos, pues de dónde más. Y quién pone toda esa plata por la vía del impuesto? Pues claro, del bolsillo de uno, de donde más.

            Y pensé en el estado que es incapaz de generar riqueza por sí solo, no es autosuficiente, ni siquiera es suficiente, siempre quiere tener más y así termina endeudado, como cualquier paisano. Se parece al hijo vago que uno debe mantener, solo pide y pide y él, derrocha y derrocha, sin vergüenza alguna, el muy sinvergüenza.

             El estado sin impuestos no es nada, pero nos hace creer que es su plata y cualquiera pensaría que como es su plata, puede hacer lo que se le dé la gana con ella. Pero… mejor no me distraigo y sigo.

             De lo que me dejó la experiencia de mi vida laboral, casi toda pública, es que en toda entidad se bota plata (pago a asesores innecesarios, compras que no se necesitan y un largo etcétera que ya conocemos). Según mi ignorancia, casi el 20% del presupuesto de una entidad se va en esos menesteres, que incluye las cuotas burocráticas que alientan y alimentan a los políticos que se creen dueños de la respectiva entidad. Conocí suficientes corbatas a los que se les pagaba por no ir, quienes a su vez pagaban el peaje respectivo a su respetivo político. Un eterno laberinto.

             Y si se calcula lo que se roban en casi todas las entidades, por cualquier vía, para ellos todo está permitido, a ojo de buen cubero uno diría que se va en ese tipo de corrupción entre el 20% y 30% de ese presupuesto cubriendo todos esos menesteres.

             Cualquier ignorante como yo, puede ver que así de fácil se pierde la mitad del presupuesto y no creo que esté muy lejano en acertar en mi apreciación, es sabido que las matemáticas no me van bien, entonces dejemos que sean apreciaciones de un mal pensante, pero acertadas si me diera por ser matemático. Advierto que lo que digo no es exclusivo de estas tierras, es endémico en todos los países y así se acepta, en todos lados se cuecen habas.

             Si se ha perdido la mitad del presupuesto de esa manera, me preguntaba sobre quién había perdido. La respuesta más obvia, pues el estado. La respuesta más lógica, pues no, no es el estado el que pierde, es el contribuyente el que ha perdido esa platica, pues es su propia plata la que se están roban, lo irónico es que nos han vendido la idea de que es plata del estado, pero no, no es del estado, es la plata de uno, o sea que nos han robado a nosotros incluso a los que se la han robado, pues irónicamente, de cualquier manera también han pagado de alguna manera impuestos, por lo que se estarían robando por partida doble, a los que no formamos parte de esa calaña.

             El tema da para hacer un tratado de economía, sociología, política y de todo lo que se quiera. Naturalmente no hay remedio, por más que uno se lo proponga, mientras haya políticos hambrientos.

             Solo quería pensar en voz alta que lo que se pierde y se roban de un presupuesto nacional, departamental o municipal no es del erario público, se están tumbando la plata que uno paga de impuestos, directos o indirectos, la plata de uno, poca o mucha, pues a eso se reduce todo, teniendo en cuenta que el estado sin contribuyentes no es nada,

             Da tristeza ver cómo juegan con uno y todavía se preguntan por qué hay evasión? 

… (pensaba) muy sensatamente que cuando tienes que elegir entre dos males no existe verdadera libertad.[1]

Tomado de Facebook
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[1] La dama de Cachemira. Francisco González Ledesma.

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