miércoles, 7 de junio de 2023

YA VA SIENDO HORA

                No de morirme, para eso falta tantico. Me refiero a dejar pensamientos obsoletos que el tiempo ha venido demostrando que no son acertados. Viendo un documental de la DW sobre los avances que piden mujeres a la iglesia, para que se les permita acceder a toda la labor cristiana que predica sin distingos. Me llamó la atención que, creo haber oído, que el Papa les había dicho que no podían ser sacerdotes (o sacerdotisas, para una mayor precisión) porque entre los elegidos por Jesús no había discípulas, olvidando que entre ellos también gobernaban mujeres, la madre y la Magdalena.

             Al respecto tengo dos comentarios. El uno, que las cosas deben observarse desde la distancia y dentro del contexto del tiempo en que se dijeron. Qué más recalcitrantes que los judíos, de la época. Educados bajo normas que vistas en la distancia hoy han perdido su valor. Claro, reconozco que ciertos comportamientos perduraron durante siglos, nada más ver que en el siglo pasado seguía iguales pensamientos y aún hoy perduran a fuerza de repetición. En el siglo antepasado lo decía precisamente una mujer: Debemos pues juzgar siempre los hechos que tuvieron lugar en otras épocas, situándonos en el espíritu en esos tiempos, y entonces veremos que lo que hoy nos parece humillación é injusticia se consideraba como cosa natural y corriente entonces[1]. No se debe juzgar el hecho sin tener el contexto de la época.

Y el otro, que la mujer ha demostrado ser tan capaz como el hombre, las mismas capacidades, reforzadas o debilitadas algunas si se compara con el otro sexo, pero no por ello menores como para apartarlas. Claro que no comparto aquello de las cuotas femeninas, por el solo hecho de serlo, pues eso debilita a la humanidad (nada más pensar en que la actual vicepresidenta llegara a gobernarnos, eso sí daría vergüenza), pues se escoge por su condición pero no por sus méritos, que es lo que debería prevalecer, los méritos, no solo de hombres sino de mujeres, al ser iguales como lo cacareaban los derechos humanos del siglo XVIII.

 

Pero una cosa piensa el burro y otra el que lo enjalma.

 

El hombre en su primera infancia ó en su decrepitud es igual en todas partes.[2]

Tomado de Facebook
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[1] Soledad Acosta. Lecciones de Historia. Y agrega: Además no debemos olvidar que las razas vencidas siempre se han tratado con rigor y crueldad. Aun en este siglo, llamado de las luces, vemos que los ingleses, holandeses y alemanes en la India y en Africa, como los franceses en Argel, los norteamericanos con las tribus indígenas que aún existen en su territorio y los habitantes de Tejas, no tratan con mayor humanidad á los que habitan los países que pretenden poblar con emigrantes europeos.

[2] Lecciones de Historia. Soledad Acosta de Samper.

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