viernes, 15 de noviembre de 2024

NO SOPORTO…

 Qué tal que fuera dable hacer un listado con todo aquello que no soporto.

                Debe dejarse claro que la frase: no soporto, además de riesgosa, implica compromiso de uno mismo, al menos.

                 Porque el no soporto implica situaciones, personajes, hechos que contienen alguna anomalía desde el punto de vista de uno, claro está; tal vez otros, o lo demás, no lo vean de la misma manera.

                 Ahora recuerdo ver a Juan del Val, polemista del programa el Hormiguero, manifestando a viva voz e importándole un carajo lo que los demás opinen (de él o del asunto) cosas que le molestaban o, mejor, estupideces que la gente hace día a día.

                 Retomo, con perdón de la desviación acaecida, que al hacer un listado de no soporto, conlleva una apreciación subjetiva del sujeto que la elabora. Naturalmente por vergüenza, por pudor, por complejo o por cualquier otra razón, igualmente subjetiva, omitirá de la lista muchos casos, pero lo hará bajo consecuencia propia, pues qué puede, o mejor, en dónde podría esconderse si la lista viera la luz pública. El qué dirán pesa, a pesar de que en la lista de los no soporto incluye precisamente el qué dirán.

                 Supongo también que el listado se iniciará tímidamente, valorando el efecto o el impacto social que podrá tender. Se iniciará con simplezas como el no soporto el mal aliento de un contertulio (así genérico para no ofender de pronto a alguien en particular que se sienta ofendido si lee la lista, pero el vainazo queda).

                 Y así, poco a poco, se irían llenando los renglones. Supongo que en la tercera página ya se habrá ido perdiendo el pudor y el rubor habrá quedado atrás.

                 Lo más seguro es que en la página sexta (porque así es de larga la lista de los no soporto) y cogido el impulso necesario que tal vergüenza ya habrá perdido eficacia y, por el contrario, se habrá entrado en estado poseso de desahogo y cogido el impulso ya no importa Santa Lucía.

                 Supongo que alguien habrá leído hasta acá esperando ver mi listado, haciendo venias silenciosas si lo comparte, pero al ver que no hay tal se sentirá frustrado, pues de contener mi listado estaría haciendo venias silenciosas cuando lo comparte; frunciendo el ceño cuando rechaza alguno del listado y hasta opinando, mentalmente, que debo tener alguna rareza mental al mentar algo que puede resultar ofensivo y hasta alguno, de haber hecho su propio listado, me pondrá de ejemplo de algo que no soporta.

                 Pero no, el placer de hacer algún listado mío me lo reservo, porque no he hecho el ejercicio escrito (mental, casi todos los días por cuestiones políticas, religiosas, sociales), simplemente el tema surgió por alguna publicidad de alguna app que señalaba que no tenía publicidad en el juego, lo que me dio pie para pensar que algún día haría una lista así, de cosas que me molestaban, como la publicidad que se interpone mientras juego y mato mi tiempo. 

—¿No quieres saber por qué? No quería saber el porqué. O puede que sí, pero dije que no de todos modos. No quería que me descargara encima sus razones —que seguramente eran excelentes—, aliviándose el corazón o el alma o cualquiera que sea el lugar a donde van a depositarse nuestras culpas.[1]

Tomado de Facebook
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[1] Dudas razonables. Gianrico Carofiglio.


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