lunes, 9 de diciembre de 2024

CALVARIO

                 Cada familia tiene su propio calvario, por regla general, aclaro.

 

                Si no se expresa, no se conoce. Las cuatro paredes limitan el pensamiento colectivo, la expresión, impiden el conocimiento. Allí se enclaustran los sentimientos, positivos o no tan positivos. Y a pesar de las cuatro paredes, cada uno tiene su propio calvario, a pesar de ellas. A pesar de quienes le rodean.

 

                Cada familia tiene su calvario y no es cosa para compartir.

 

                Por eso solo se divisa movimiento en la distancia de una ventana, pero no se logra, generalmente, descubrir el sentimiento por el que se atraviesa.

 

                Divagaciones que solo puedo hacer frente a una ventana que da contra otras ventanas vecinas, elucubraciones que solo puede hacer un viejito aburrido.

 La calle y el edificio de Rossi eran más bien anónimos. «Envueltos en un aura de tristeza», me dije. El piso, sin embargo, era completamente normal. Un lugar de una serenidad banal. Al entrar pensé que no parecía el hogar de quien había vivido una tragedia.[1]

Tomado de Facebook
458367607_8371692516185836_6404960412490156147_n




[1] Testigo Involuntario. Gianrico Carofiglio.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario