Bonito nombre, la justicia de la
verdad, lo llaman otros. Estupidez llamo yo a todo eso, y JEP (justicia
especial para la paz) incluida. Me pregunto para qué ha servido además de haber
levantado más odios, más mentiras, más codazos…
Viene funcionando desde 2018, es
decir ya lleva siete años en funcionamiento. La curiosidad me llevó a ver el
presupuesto que tenía la JEP para cada año y hasta el momento se han gastado
(por no decir que se han botado) $2.7 mil millones (ya olvidé cómo contar desde
que llegamos a hablar de billones) que es mucha plata y cuyo resultado es tan
pobre que solo ha levantado más odios, más mentiras, se han colado un montón de
vivos y no sigo, porque ya da pena ajena. El solo sueldo de un magistrado es de
dieciocho millones mensuales, sin contar las arandelas, viáticos y demás y con
eso ya puede verse que son dieciocho sin contar los auxiliares y demás
burocracia.
Y me pregunto cuántas cárceles
se pudieron construir (porque el problema es que la delincuencia sigue
creciendo), cuánta plata pudo cubrir el déficit de la salud, por citar dos
ejemplos, nada más.
Y ni hablar de la verdad
perseguida por ese tribunal. Cuál? Eso me pregunto. Porque lo que ha servido es
para echarle el agua sucia al otro, inventar delaciones, victimizar a los
declarantes, lavarse las manos, declarar el sentido pésame por la acción cometida
y hacer todo un mea culpa con el fin de salir bien librado.
Para qué ha servido? Me sigo
preguntando, a pesar de que su bandera es para satisfacer los derechos
de las víctimas a la justicia, ofrecerles verdad y contribuir a
su reparación, con el propósito de construir una paz estable y duradera.
Satisfacer los derechos de las víctimas y de sus muertos? Cómo se hace eso?
Ofrecer verdad, si todo gira precisamente para que no se sepa con esa lavadera
de manos. Ofrecer la verdad, ese eufemismo sí que me gusta, ya me gustaría
conocerla. Así se construye la paz? Cómo decirle a una madre que sus hijos
asesinados fueron el pilar fundamental para la construcción de una paz que en
este país es cada vez más endeble y babosa, especialmente en estos tiempos, en
donde todos los vagabundos que han entrado a la JEP terminan siendo nombrados
consejeros de paz (que entre otras les levantan las órdenes de captura y se
vuelven inviolables), asesinos que diseñan estrategias para la defensa de
los derechos humanos y la no violencia, eufemismos que hacen vomitar a
cualquiera, pero así es. Guerrilleros que se victimizan cuando les conviene y
cuando no tiran directamente a la yugular.
Este país debe ser muy rico
desde que a pesar de que lo viven robando, bota plata en cuestiones inútiles y
aún así pervive. Por eso no vale la pena seguir profundizando, pero lo que es
cierto es que nadie perdona y olvida gratis.
El país del sagrado corazón.
Pero es frustrante. La paciencia es una
virtud, pero, como la mayoría de las virtudes, es también una carga.
Sin lugar a dudas es frustrante que los que estaban fuera de la ley, eran guerrilleros, hoy sean los "padres de la patria". De qué ha valido ser honrado, trabajar duro si el resultado es que estos hijueputas se llenan los bolsillos, hablan mierda y el país les sigue dando dinero y no les cobra sus fechorías. Y todavía se rasgan las vestiduras porque no existe la pena de muerte, que a estos cabrones bien se les debería aplicar y mejorar la vida de este país del sagrado corazón
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