Un día
especial, porque la tradición así lo ha dicho y las buenas tradiciones hay que
seguirlas. Una vuelta al sol, es la frase que se ha impuesto últimamente.
Preparativos, promesas, deseos, corre corre, compras de última hora;
mentalizarse para el trasñocho y para el trago, para los que lo hacen, para los
viejos como yo, un día más, sin trasnocho ni trago, es la tradición para la
cuarta edad (o la tercera?). Reunión familiar o con las amistades que la
sustituye, el caso es estar acompañado, dice la tradición.
No hay
distingo de raza, color, religión, se celebra por doquier, cosa que se hace en
este día, no importa si los otros días no son así, cosa curiosa, me digo.
Pero la
lectura me llevó a la reflexión:
En
realidad, los viernes únicamente se diferencian de los lunes, los martes o los
miércoles y los jueves, en que son antesala de los sábados y los domingos. A lo
mejor luego sucede que estos dos últimos días de la semana resultan
aburridísimos, pero esta posibilidad no impide que los viernes tengan algo
especial. La gente —no toda, desde luego— acostumbra a terminar sus
obligaciones temprano y se dispone a despilfarrar las cuarenta y ocho horas
que, teóricamente, tiene por delante. En viernes se sale a cenar, se va al
cine, se elige una obra de teatro que previamente los críticos hayan maltratado
y Canal Plus obsequia a sus abonados con la más exquisita colección de
felaciones y cunnilingus que nuestra insatisfecha mentalidad celtibérica pueda
solicitar. El viernes es el mejor de los siete días semanales. Todas las
violaciones de la norma establecida es posible que ocurran y, si no ocurren,
aún queda el recurso de enfilar una carretera cualquiera y pensar que en el
kilómetro siguiente está el amor.
Qué le
vamos a hacer, el 31 de diciembre es otra fecha en el calendario, aunque por la
actividad le demos otra connotación. Pero a la larga, qué carajos, una fecha
para distraer la mente de otros asuntos cotidianos, una forma de relajarla,
aprovecharla porque para qué llevar la contraria? Esperemos que el planeta dé
otra vuelta al sol para ver qué habrá pasado, seguro que nada particular, pero
esperanza es esperanza y con la familia uno no se mete.
Siguiendo
la tradición, que así sea, que el nuevo año depare nuevas cosas agradables.
Tomada de Google
Tengo miedo de lo que el presente, cuando sea pasado, me hará en el futuro.
Darlis le dijo:
—El pasado no existe y el futuro es ya. Todo es presente.(2)
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