viernes, 3 de enero de 2025

UNA EFÍMERA INQUIETUD

         Estaba leyendo a Héctor Abad y me llamó la atención de sus palabras referidas a la iglesia católica:

 Ahora que veo cómo se va desmoronando la religión de ustedes, Lelo, ya empiezo a tener nostalgia. Cuando finalmente se estaban reformando, modernizando, ahora que el Papa, con mayúsculas, dice incluso que él no es nadie para juzgar mal a los homosexuales, que pide perdón por la quema de herejes, por el juicio a Galileo, por el salvaje adoctrinamiento a los indios, ahora que abren al fin los ojos, se extinguen. Uno entra a una iglesia y no hay más que seis beatas y dos ancianos. De vez en cuando un enamorado lloroso pidiendo un milagrito. Se les acaban los fieles. Porque los fieles no quieren luz, sino oscuridad, no quieren sentir compasión, sino miedo, no quieren que los comprendan, sino que los amenacen, regañen y castiguen. O si no explícame por qué los devotos que se les escapan a ustedes van a dar en las garras de los pastores evangélicos.[1]

         Lo que otrora se creía que nunca desaparecía, fue desapareciendo. El IDEMA, el Seguro Social, el Ley y el Tía, por solo mencionar algunos. Los que ayer fueron mis patrones hoy ya no existen o han sido sustituidos, y siempre nos aseguraron y aún nosotros aseguramos que nunca desaparecerían, pero lo hicieron, algunos aún a nuestro pesar.

         Algo semejante está ocurriendo con la iglesia católica, paso a paso va evaporándose, sin darnos cuenta, aunque eso me tiene sin cuidado realmente, pero lo cuento como un hecho, como una realidad.

         Y hablando de la iglesia, nada más ver las vocaciones, claustros y seminarios cada vez más solos, en unos cuantos años ya habrán desaparecido las vocaciones y al parecer a las dignidades les tiene sin cuidado o no se han dado cuenta, por creerse el ombligo del mundo y creen que nunca llegará el momento en que no haya curas o los fieles habrán emigrado y caído en las garras de los pastores, en su mayoría fanáticos e ignorantes, además de avivatos.

         Como sea, aunque me tenga sin cuidado la desaparición de la iglesia católica, pues ya al parecer ha desaparecido aquello de apostólica y romana, son dogmas de fe que solo demuestran la falsedad de su eternidad con su propia desaparición, como Telecom o el BCH que creíamos eternos.

 Creo que en no más de cincuenta años, no estaré para verlo, el Papa y el séquito de cardenales y obispos estarán ya solos, salvaguardando las pocas rentas que les quedarán y todo por no haber actuado a tiempo, aunque también es cierto que para tales épocas los pastores habrán ocupado su lugar.

     Reflexiones de un anciano que ya ha visto mucho en esta vida. 

Nunca niegues lo que pueda perjudicarte, pensó Neal. No hay nada peor que el que te desmientan una mentira innecesaria. Reserva tus mentiras para las cosas importantes.[2]

FOTO JHB


[1] Salvo mi corazón, todo está bien. Héctor Abad Faciolince.

[2] Meseta Solitaria. Don Wislow.


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