lunes, 6 de enero de 2025

VÍCTOR HUGO

 Por parecerme suficientemente profundo, me atrevo a transcribir (como si fuera mío) el poema de Víctor Hugo[1] (Te deseo), que más que diciente contiene la profundidad de un alma que realmente mereció vivir. Toca al alma y a las profundidades bellas que hay en él. 

Te deseo primero que ames, y que amando, también seas amado.

Y que, de no ser así, seas breve en olvidar y que después de olvidar, no guardes rencores.

Deseo, pues, que no sea así, pero que si es, sepas ser sin desesperar.

 Te deseo también que tengas amigos, y que, incluso malos e inconsecuentes sean valientes y fieles, y que por lo menos haya uno en quien confiar sin dudar.

 Y porque la vida es así, te deseo también que tengas enemigos.

Ni muchos ni pocos, en la medida exacta, para que, algunas veces, te cuestiones tus propias certezas. Y que entre ellos, haya por lo menos uno que sea justo, para que no te sientas demasiado seguro.

 Te deseo además que seas útil,

más no insustituible.

Y que en los momentos malos, cuando no quede más nada, esa utilidad sea suficiente para mantenerte en pie.

 Igualmente, te deseo que seas tolerante, no con los que se equivocan poco, porque eso es fácil, sino con los que se equivocan mucho e irremediablemente, y que haciendo buen uso de esa tolerancia, sirvas de ejemplo a otros.

 Te deseo que siendo joven no madures demasiado de prisa, y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer, y que siendo viejo no te dediques al desespero.

Porque cada edad tiene su placer

y su dolor y es necesario dejar que fluyan entre nosotros.

 Te deseo de paso que seas triste.

No todo el año, sino apenas un día.

Pero que en ese día descubras que la risa diaria es buena, que la risa

habitual es sosa y la risa constante es malsana.

 Te deseo que descubras, con urgencia máxima, por encima y a pesar de todo, que existen, y que te rodean, seres oprimidos, tratados con injusticia y personas infelices.

 Te deseo que acaricies un perro,

alimentes a un pájaro y oigas a un jilguero erguir triunfante su canto matinal, porque de esta manera,

sentirás bien por nada.

 Deseo también que plantes una semilla, por más minúscula que sea, y la acompañes en su crecimiento,

para que descubras de cuantas vidas está hecho un árbol.

 Te deseo, además, que tengas dinero, porque es necesario ser práctico,

Y que por lo menos una vez

por año pongas algo de ese dinero

frente a ti y digas: "Esto es mío".

sólo para que quede claro

quién es el dueño de quién.

 Te deseo también que ninguno

de tus afectos muera, pero que si

muere alguno, puedas llorar sin lamentarte y sufrir sin sentirte culpable.

 Te deseo por fin que, siendo hombre,

tengas una buena mujer, y que siendo mujer, tengas un buen hombre, mañana y al día siguiente, y que cuando estén exhaustos y sonrientes, hablen sobre amor para recomenzar.

 Si todas estas cosas llegaran a pasar, no tengo más nada que desearte

 

            Nada más qué agregar, eso es lo que creo.

Tomado de Google
istockphoto-1149608857-170667a


No hay comentarios.:

Publicar un comentario