… me han enseñado que cuando hay una explicación simple, es
mejor no buscar una complicada.(1)
El señor Spock dijo que siempre existen
posibilidades y dentro de la lógica pura de un vulcano, así debe ser.
Pero me pregunto, dentro de la impertinencia
de mis infaltables cuestionamientos, si hay alternativas?
La vida misma es una ruleta de alternativas y
de posibilidades, cada paso ofrece dualidad, dilema, opción o disyuntiva;
siempre varios caminos, nunca uno definido, uno definitivo, aunque el
definitivo es aquél por el que se optó, pensado, razonado o impulsivo, pero
siempre definitivo, sin vuelta atrás, porque toda acción tiene consecuencia. No
hay de otra; esa es la vida.
Pero también existe la posibilidad de pensar
por la otra alternativa, por la que no se tomó, por la que se rechazó, por la
que no se adoptó. Por la que genera culpa o a la que se puede culpar por no
haberse tomado, en su debido momento.
Y a pesar de que lo que fue, fue, siempre está
la posibilidad malsana del pensamiento de atacar cuando no resulta lo que se
esperaba, ese que tal si… Venenoso,
malqueriente, hiriente, desafiante y vergonzoso.
Y con todo, me sigo preguntando si en todo hay
verdaderamente una elección o todo está limitado al azar, a la suerte, al
destino o todo simplemente es un mero espejismo de libertad.
Al final, ya no sabía qué había visto y qué le
habían contado. Así nos pasa a todos, me imagino.(2)
Óleo sobre papel, espátula. JHB (D.R.A.)
(1) Juan Gabriel Vásquez. La forma de las ruinas.
(2) Ibídem.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario