Una nueva propuesta siempre supone un nuevo
problema. Un nuevo reto. Un punto de vista que es necesario abordar, analizar y
comprender.(1)
Boté mi
voto, me quedó bien claro en estas elecciones presidenciales. No sé por qué
cada vez que voto por el candidato que me parece mejor éste siempre pierde. Me
pregunto si será que siempre me voy por el perdedor? Si el que parece mejor es
el que pierde de arranque? O si mi voto está maldito desde siempre? Y con ello
refuerzo mi idea de que mi voto no sirve para nada, nunca he elegido, nunca
elegiré. El pasado domingo se confirmó, lástima.
Pero el
problema subyacente es que quedaron las dos joyas y no hay alternativa
adicional, ni siquiera el voto en blanco, porque ya no tiene efecto
constitucional, sólo válido para primera vuelta!
(A
propósito del voto en blanco. El ingenio colombiano salió a relucir. Resulta
que todos los votos en blanco que se hicieron en la casilla que se llama
PROMOTORES VOTO EN BLANCO por cada uno les retribuyen $4.714 sin mayor esfuerzo
y de las arcas estatales esa plata pasa a los tales promotores que dizque
“buscan hacer pedagogía”. Me parece una vagabundería y una forma fácil de hacer
plata.)
Continúo
con mi… no sé cómo llamarla: desilusión, pesar, rabia, decepción, desencanto
por los resultados presidenciales. Quedaron Satanás y el Diablo. Y entonces
quedan las alternativas de votar por el menos peor? Por el menos malo? Por el
menos peligroso?
Si soy
coherente conmigo mismo, con los que quedaron para segunda vuelta mis
expresiones por redes sociales no eran muy favorables, nada favorables, usaba
las mismas técnicas por ellos utilizadas de replicar falsos mensajes, mentiras,
descalificaciones y todo mensaje que fuera venenoso contra ellos, los replicaba
sin pena ni rubor, con la misma saña que ellos utilizaban para descalificar a
los otros (ojo por ojo? Midiendo con la misma viga?). Por eso me queda mal
votar por uno o por otro. De esa manera tan sencilla mis dilemas quedaron por
el piso, porque no tengo cara para votar por ninguno de los que quedaron.
Y si
voto influido por el miedo? Más vergüenza debería darme, aunque como animal
político aristotélico, soy bien animal y de pronto me dejo llevar por el miedo
colectivo, pero eso sí por el izquierdoso no votaría y menos cuando la mujer,
así lo demostró en la Alcaldía, hasta donde me llegaron los chismes, es la que
termina mandando y hasta lo cachetió, según los chismes de farándula, que
naturalmente no me constan.
Entonces
repito, si soy coherente me toca elegir una de las siguientes alternativas: a) o
no salgo a votar o b) voto en blanco (pero no el de los promotores, porque esos
cuatro mil pesitos no se los van a ganar en mi nombre sin hacer nada); o en
últimas, como siempre he sostenido que mi voto no vale nada ni tampoco elige ni
soy nadie por ser un ciudadano invisible, que igualmente no cree en la
democracia, que elijan los que quieran, que para mí, las cosas seguirán
iguales, con tendencia a empeorar, pero no por mi granito de arena, aclaro,
como razón exculpatoria y para poder decir: se los dije, si el día de mañana
los electores resultan frustrados. (Tan vivo, no? Oigo decir).
También cometió
otros errores estratégicos. Una forma de tener éxito en política es concentrar
la artillería en un enemigo. En eso Álvaro Uribe y Gustavo Petro son unos
expertos. Vargas, sin embargo, fue cambiando de enemigo y alternó entre Duque y
Petro, que son extremos opuestos. Eso contribuyó a dejarlo sin nicho propio.(2)
Tomado de Facebook(3)
(1) Alber Vásquez.
Mediohombre.
(3) https://www.facebook.com/photo.php?fbid=1757235374336915&set=a.395149803878819.88719.100001514085793&type=3&theater
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