… en este país uno sólo es alguien cuando alguien más quiere
hacerle daño.(1)
Tengo
tres vacas, dos gallinas y un perro. Es mi patrimonio con la tierrita que me
provee de alimento, sustento y albergue. Me piden que abandone esa tierra, que
deje mis animales y el cultivo porque la madre naturaleza va a hacer de las
suyas. Eso es lo que dicen, que es culpa de la madre naturaleza, nunca
admitirán que fue por culpa de su irresponsabilidad, sus malos cálculos, sus
negocios torcidos. Pero soy yo el que debo irme de mi tierrita, abandonarlo
todo, porque si no lo hago soy un mal ciudadano, un inconsciente, pero no saben
que no puedo abandonarlo todo, porque me quedo sin nada. Me prometen llevarme a
un albergue, sin mis animales, abandonando mi tierra, pero solo por unos días –según
dicen, pero esos días se convierten en eternidades-, sin que lo hayan expresado
así, pero es mientras sea noticia, luego me abandonarán a mi suerte y no me
dejarán regresar, porque hay riesgo, para ellos, aunque digan que se preocupan
por mí. Me prometen que me prestarán plata pero no son conscientes de que no
podré pagar y así, me quitarán mi tierra, me quedaré sin mis animales, sin
nada, bueno, quedaré con la deuda, pero sin nada. Si me voy al albergue estaré
allí durante un mes –si acaso-, mientras sea noticia, allí rumiaré el futuro
más incierto que haya tenido, porque sin tierra ni animales ese futuro mío será
más oscuro que las noches en un albergue. Nadie oirá mi pena, a nadie le
importará porque los que decidieron no han perdido nada y una vez pase el
peligro, dejaré de importarles aún más. Insisten en que me vaya, con promesas
de políticos, como si no los conociera a pesar de que se llamen técnicos; son
las mismas promesas, promesas que nadie cumplirá. Luego seré un desplazado sin
futuro, sin el poco futuro que me aseguraban mis animales y mi tierra y aún así
quieren que desaloje lo que es mío y lo que no volverá a serlo, si me voy. No
puedo irme y abandonar todo, abandonar mi vida por darle gusto a unos cuantos
que ocasionaron el daño, para ocultarlo, para minimizarlo, para tener a quién
echarle la culpa. Me niego a desalojar, es preferible morir a no tener futuro,
porque en este país las promesas no se cumplen, nunca se han cumplido, nunca se
cumplirán.
Esto es lo correcto, es lo decente, aunque uno ya no sabe qué
quieren decir esas cosas en este mundo. (2)
Foto: JHB (D.R.A.)
(1) Juan Gabriel Vásquez. Las reputaciones.
(2) Juan
Gabriel Vásquez. La forma de las ruinas.
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