miércoles, 8 de mayo de 2019

PENSAMIENTOS EN VOZ ALTA


Hablando de moralidad, dicen que grabar conversaciones ajenas sin autorización es ilícito. Entendiendo por autorización la de una autoridad, generalmente judicial, o la de los propios intervinientes, pero ahora resulta que lo que no se puede grabar legalmente, por regla general ahora es permitido y vale como prueba. Hoy con esta tecnología los conceptos empiezan a diluirse, a transmutarse, a variar de acuerdo con las conveniencias.

Me lleva a recordar el suicidio de Alan García, el prohombre, enterrado con todos los honores debidos, dejando la carta del adiós rechazando culpas de las que fue investigado no una o dos veces, sino varias veces y si el río suena… parece que en la última investigación sabía que sí lo iban a clavar y por eso tomó el camino fácil, que tampoco resulta tan fácil de decidir. Pero fue enterrado con honores, como todo un estadista. Por Dios, a dónde vamos a llegar?

Y otra que me llamó la atención. A algún hampón lo dejaron libre porque no había habido denuncia, cuando los videos demostraban todo lo contrario y si se iniciara la investigación a través de testimonios se podía corroborar que efectivamente había ocurrido el ilícito y que el preso ahora libre lo había cometido. Pero la sutileza de alguien le hizo quedar en libertad. Acaso los delitos en su mayoría no son perseguidos de oficio? Lo que me lleva a recordar las denuncias que se publican en medios masivos, particularmente de corrupción y contra el erario que no requieren de denuncia, que basta iniciarlas de oficio, tampoco las inician por la sutileza que envuelve el derecho y la mente de los abogados, así como la de los implicados. Y se pregunta uno, en dónde está la supuesta justicia? O mejor preguntarse, qué es la justicia? 

Y de esta manera sólo puedo concluir con Einstein que todo es relativo. Qué vaina, me toca vivir entre sutilezas, perspicacias, argucias, astucias, sofismas dada la sagacidad de los demás.

Y en cuanto a las grabaciones, me hace acordar de un aviso vi leí en la entrada de una portería: Por su seguridad usted está siendo monitoreado las 24 horas. Con esa advertencia y por mi seguridad, mejor me callo, me hago el pendejo y verifico que nadie más me esté grabando, por mi seguridad.

La integridad es un bien escaso en nuestro mundo: cuando aprenda a fingirla, Adam, irá por buen camino (1).

Foto JHB (D.R.A.)


(1) Joseph Finder. Paranoia.

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