viernes, 17 de abril de 2020

¡AY! CÓMO ES CRUEL LA INCERTIDUMBRE…


            Nadie está exento de nada ni por nada. No somos eternos en esta vida aunque creamos lo contrario. Ojalá fuera así.

            Esta pandemia parece una lotería regalada, nos tocó jugarla sin querer. Estamos ante el 50% de que nos contagiemos, diría el pesimista, o el 50% de que no pase, dirá un optimista. Pero es una ruleta rusa lo que nos tocó –dirá el realista-, al contrario del Baloto, en que aunque tengamos igualdad de posibilidad, nos toca comprarlo. En la pandemia aspiramos a no ganar, a no contagiarse, mientras que en el Baloto ponemos todas nuestras esperanzas en lo contrario. Todo depende como se mira.

            El cuento venía a que cuál sería la reacción de uno si se llegara a contagiar –existiendo la posibilidad, en todo caso-. Pasaría uno por todas las etapas del duelo? De la negación a la aceptación? Difícil saberlo, solo se puede pontificar desde la distancia, en la sanidad.

            Y la cosa puede agravarse si el contagio es grave y si se está entre las decisiones médicas graves, de esas que dicen practican los médicos militares, en que deben decidir por uno si merece que sus esfuerzos de revivir valen o no la pena o hay alguien con mejor derecho.

            Ya se hace doble el esfuerzo para pensar si debe hacerse otro duelo, también de la negación a la aceptación.

            Aunque no sería raro –ah! vanidad de vanidades!- que tanto paciente como deudos comiencen el pobreteo en las redes sociales y las inútiles cadenas de rezos, porque si no sirvieron los esfuerzos médicos qué va a servir una oración encadenada? Pues si funcionaran, no habría habido ni muertos ni pandemia, pues las redes sociales lo habrían solucionado. (Perdonarán el sarcasmo, pero, como ven, no me aguanté).

            Solo pensaba desde la distancia, sin saber si algún duelo tenga que hacerlo yo.

Se requieren muchos años y muchos sufrimientos para comprender el milagro de la vida.(1)

Tomada de Facebook.


(1) Colleen McCullough. El Caballo de César. El título del Blog corresponde a la canción.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario