viernes, 10 de abril de 2020

CUANDO EL TIEMPO PASA


      Los días pasan, desapercibidos es cierto, pero sin distinción el uno del otro. Pasan sin pasar, pasan sin dejarse ver, como en eterno domingo.

      Hoy, al mismo ritmo de ayer, semejante al de mañana, me imagino, sin distinción alguna.

      Días que pasan sin pasar, pasando uno tras otro, semana tras semana, sin distingo, como he dicho; sin presencia, como he anotado; sin anunciarse, como he pensado.

      Qué día es hoy, me preguntan. Levanto los hombros y respondo: si usted no sabe, qué he de saber yo que solo soy un pensionado?

      En qué fecha estamos? Me inquieren. Mi respuesta es igual, si usted no sabe, qué he de saber yo que solo soy un pensionado?

      Un eterno domingo, sin sensación de tarde de domingo que complique el requerir nocturno de la angustia de que mañana es lunes. Simplemente es eterno domingo sin amargura, pero ahora, que se siente sólo la esclavitud de la ignorancia, con deseos de que sea lunes.

—¿Cuándo?
—No hay mejor momento que el presente, Antonio.(1)



Tomado de Google. 282849_6

(1) Colleen McCullough. El Caballo de César.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario