A mi edad, ya avanzada, tengo una mala opinión del ser humano, cuya capacidad para el mal, para infligir dolor o abusar de los débiles es infinita.(1)
A pesar de
esta pandemia, que al menos debería haber servido de momentos para aplacar el
pensamiento y los fanatismos, de mirar con la visión objetiva la situación y
todas las que se han generado durante estos tiempos, no ha servido para tales
efectos.
Y eso me ha llevado a pensar en esa palabra titular, fanatismo: es el apasionamiento o actividad que se manifiesta con pasión exagerada, desmedida, irracional y tenaz de, una idea, teoría, cultura, estilo de vida, entre otros. El fanático es una persona que defiende con tenacidad desmedida sus creencias y opiniones, también es aquel que se entusiasma o preocupa ciegamente por algo o alguien.(2)
Pasión
exagerada e irracional, son las premisas que acompañan, para estos efectos, esa
definición que hoy predomina. Es pasión emocional, exagerada, generalmente sin
bases, solo bajo el deseo de imponer una idea, que ni siquiera es de uno, es
ajena; e irracional porque a pesar de que tenga bases, aunque hoy por hoy no
las tiene, ciega el pensamiento y uno se encierra en lo que quiera creer, sin
importar si la lógica y la racionalidad indican lo contrario.
Y el problema
es que ese bicho se mete en todo, sin razón, hay fanatismo político y religioso,
que son los más peligrosos. También lo es el deportivo, igual de peligroso y de
irracional.
Ahora pasamos
por el político a lo largo de este mundo y por estas tierras, la investigación
contra el innombrable, que parecía que jamás iba a concluir. Sus seguidores han
demostrado el fanatismo en toda su extensión y cualquier discusión ha terminado
en insultos y patadas, es difícil poder hablar, pues está demostrado que entre
más irracional sea uno menos lógica tiene la pelea. Aunque en este punto valen
las palabras de la esposa del innombrable, al parecer la más ponderada del
grupo menciona que para encontrar en él (se refiere al dolor) la prudencia y el pudor
que tal vez, solo tal vez, sirvan para renovar un lenguaje desgastado por el
rencor y los fanatismos políticos.(3)
Y
qué del fanatismo religioso, aplicable a todas ellas pero particularmente a la
católica, en donde es mejor no discutir pues según ellos, designados
celestiales, es asunto de dogma y punto. Como suele
ocurrir, cada uno estaba convencido de la autenticidad de su versión y no tenía
para las ajenas más que desdén.(4)
Y
qué decir del fanático deportivo, del que no ve más allá de sus narices?
Igualmente reina el desdén en sus comentarios cuando no se acomodan a su
querer.
Pero
mi pregunta se centra en que el fanático lo es porque sí, realmente no está ganando
nada, salvo las discusiones. Objetivamente y, por lo general, ni siquiera ha
asimilado el pensamiento que pueda predicar a quien o a lo que sigan,
simplemente el fanático se hace con la corriente, con eso basta y ante la
ausencia de argumentación que pueda servir de contraataque su propia ignorancia
le lleva a las consecuencias de ese fanatismo.
Que gana uno haciéndose matar por un político? Si es por el puesto basta con el voto y un poco de proselitismo sin el extremismo. Que gana uno siendo un fanático religioso? El paraíso? Y qué gana uno si un equipo deportivo gana o pierde? No se gana nada en ningún caso, ni siquiera hay un beneficio personal que valga la pena la pelea, porque el que gana es otro, no el fanático, seguro que él nunca gana, ni siquiera el paraíso prometido, porque es solo eso, una promesa. Hacerse matar por otro, hoy no paga, ni siquiera en defensa de Dios –que por naturaleza no debería necesitar de defensa alguna-, por lo que pienso que todo se centra en vivir y en dejar vivir, ya que el fanatismo no lleva a ningún lado y envenena todo.
Vuelve
en torno la mirada, señor, y
contempla
el estrago horrendo que en tu
noble
reino causa el monstruo cruel. Ah,
mira
las calles regadas de sangre. A cada paso
verás
a alguien que gime y el alma impregnada de atroz veneno del cuerpo exhala.
MOZART, Idomeneo[5]
[1]
Matilde Asensi. Peregrinatio.
[3][3]
Lina Moreno https://www.eltiempo.com/politica/partidos-politicos/pronunciamiento-de-lina-moreno-tras-decision-de-la-corte-contra-alvaro-uribe-527486
[4]
Donna Leon. El peor remedio.
[5]
Volgi intorno lo sguardo, o sire, e/vedi qual strage orrenda nel tuo/nobil
regno, ja il crudo mostro. /Ah mira allagate di sangue quelle/pubbliche vie. Ad
ogni passo vedrai/chi geme, e l’alma gonfia d’atro/velen dal corpo esala. Cita
de Donna Leon, Muerte en un país extraño.
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