Hay derechos de derechos, pero al parecer a la gente le gusta un solo tipo de derechos, los suyos.
En medio de una pandemia, mundial debo recalcar, salir a manifestaciones es lo más absurdo que se me puede ocurrir. Pero claro, quién soy yo para decirlo si nunca me han gustado: mucha gritería (inútil, como aquello de que el pueblo unido...), desmanes, vandalismo (iba a decir petrismo pero mejor me muerdo la lengua) y, generalmente, no se logra nada con la gritería, ni siquiera en aquellas famosas caminatas por la paz, en las que tampoco participé, si he de ser sincero. No soy proclive a esas manifestaciones de desesperanza. Me conformo con lo que soy y con lo que tengo.
Los gobiernos le tienen miedo, es cierto y, algunos, dicen que también las patrocinan, cuando les conviene. Qué voy a saber yo de esos temas.
Pero sí me da infinita piedra ver manifestaciones en medio de una pandemia, mundial vuelvo a recalcar, en que en las circunstancias actuales estamos en foco de alto riesgo y me pregunto en dónde tienen la cabeza todos aquellos que la convocan (sindicatos venidos a menos, fecode –que solo se interesan por sus propios intereses y no por los de sus aglomerados-, descontentos –por no decir vagos-, que no tienen nada qué hacer sino seguir ciegamente lo que dice un anarquista –disfrazado y cuando le conviene- como Petro, y no sigo mencionando para no dejar salir mi mala leche).
Y los teóricos salen amparados en el supuesto derecho de las masas diciendo que no se puede limitar ese derecho. Pues claro que sí se puede, solo faltan calzones para imponer órdenes acorde a la realidad que se vive. Qué es más importante el derecho a contagiar o el derecho a proteger la salud de los muchos?
Si quieren tumbar este gobierno dentro de la legalidad, aunque siempre existen los inconformes que quieren tumbar el gobierno de turno, me consta de los últimos cincuenta años, existe la posibilidad de revocar el mandato, del que solo se necesitan recoger firmas, no amerita la manifestación.
Y me llama la atención un comentario de afamado jurista que dijo en su cuenta de Twuiter: Creo que hay dos salidas. La primera es aplicar en este caso la tesis del gran jurista Radbruch, según el cual el derecho injusto sigue siendo derecho pero el derecho extremadamente injusto deja de serlo. La aplicación de Radbruch es entonces que incluso una decisión arbitraria debe ser cumplida pero una decisión extremadamente arbitraria, con consecuencias desastrosas y sin posibilidad de recurso oportuno, como este auto, deja de ser válida y no tiene que ser cumplida.
Sinceramente no sé quién sea el gran jurista Radbruch, pero leída fuera de cualquier contexto, pareciera decir que sí, pero no. Que si el derecho es injusto se tiene que cumplir, pero si es extremadamente injusto, ya no. Y qué es injusto y extremadamente injusto? Alguien que me baile ese trompo. Visto así, basta con que cualquiera diga que le parece extremadamente injusta la ley para dejarla de cumplir. Pero mirando un poquito lo que Wikipedia(1) dice del señor jurista alemán (que me llama la atención de por qué no se aplicó cuando los nazis estaban en el poder, que era evidente, como en Rusia, en que la injusticia imperaba pero con su teoría hubiera podido revertir la vaina) que como sea, lo que el señor Radbruch decía, entiendo yo, era que para tales efectos se debe acudir a los tribunales para que decidan. Esto me demuestra que un twuit sin contexto da para largo y ancho. Para eso están actualmente Consejo de Estado y Corte Constitucional, supongo, aunque ya no sé si siguen vendiendo sentencias.
Esta diatriba solo iba dirigida a decir que en tan delicada situación, cómo carajos nos ponemos a aglomeraciones que sólo llevan a incrementar el contagio, a descontrolar la situación pandémica, cómo carajos. Aunque supongo, en la lógica ajena, debe primar el derecho al contagio.
Definitivamente no entiendo. Aunque sí entiendo la irracionalidad y estupidez de la humanidad y la cobardía de los gobiernos.
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