miércoles, 23 de junio de 2021

MASAS

 Independientemente de su autor y de su historia[1], me llamó la atención un artículo relacionado con las masas, que textualmente dice:

Hace ya un siglo escribía don José Ortega y Gasset uno de los libros decisivos del Siglo XX: La rebelión de las masas

El hombre masa cree saberlo todo, se siente dueño de todo y con derecho a todo. Nada puede estorbar su espíritu de dominación, su soberbia y su irracionalidad.

Porque el hombre masa no tiene ideas propias, no crea un mundo nuevo pero se siente dueño de todo.

Esa irracionalidad lo hace enormemente peligroso y como no, violento. Anda por la vida con la seguridad de que todo se le debe y a nada está obligado. Es amo y señor de su entorno de fantasías y de idioteces. (…)

Ese personaje inopinado, el joven masa, está en la escena. Empujado por unos aprovechadores de sus impulsos innobles y sus aspiraciones absurdas, está listo para cualquier cosa. Para ir a la primera línea o para simular que marcha en paz. Lo tiene sin cuidado la pandemia y sin cuidado el que pueda morir o matar a otros. Lo suyo es el ahora inmediato y unos pesos que le llueven del cielo o tiene que pagarle el transeúnte, el camionero, el taxista, si es que quieren vivir. Porque nuestro joven masa, insistamos, es heredero espiritual del que formara en la escuela del crimen Pablo Escobar. No ha nacido para semilla y salvo el amor a la “cucha” no lo ata nada al universo de los demás.

Esa es la única explicación posible a esta irracionalidad que nos tiene donde nos tiene en esta multiplicación exponencial de desgracias. Porque las aglomeraciones entre gritos, las trincheras del odio y la venganza, nadie sabe contra qué, son la causa eficiente de estas cifras horrorosas: 30.000 contagios y más de 500 muertos por día.

 

            Supongo que la denominación de masa viene de la culinaria, por aquello de que se suman ingredientes y una mano experta da forma, en que los elementos, que pierden su identidad, adquieren una nueva, moldeada a antojo del panadero, por decir algo, pues él decide si esa masa se convierte en pan blandito o francés, roscón o mojicón y si se quema, simple, el panadero lo desecha. Buena alegoría me salió.

 

            Y entonces en qué momento el individuo pierde conciencia de su propio ser y se suma, sin mayores reflexiones, a la irracionalidad a la que es conducido. Es propio de la violencia colectiva que a la primera piedra lanzada se dejan los cuestionamientos a un lado y se actúa como masa, irracional. A la destrucción, al vandalismo, a la destrucción, al saqueo, es el lema, sin saberse de dónde salió esa orden contagiosa, se pierde la cordura y se actúa como el vecino que tiene a su lado, en la misma condición.

 

            Y el panadero? En la distancia, lejos donde no le salpique nada, viendo como una turba sin sentido se dejó moldear, sin darse cuenta.

 

            Y esto mismo ocurre con los fanáticos del deporte y de la política, sin olvidar la religión. Un partido de fútbol que termina con un muerto y heridos[2], por un resultado no deseado, anhelado eso sí, pero un resultado que no les favoreció. Qué ganan los aficionados con el fútbol, por ejemplo, salvo si hacen apuestas. Si gana o pierde su equipo en qué les afecta personalmente? Los hace más que a los otros? Están sacando pecho por los logros ajenos mas no por el suyo propio, entonces, para qué matarse por un partido? Cualquiera sea la respuesta, eso es el fanatismo, eso es la masa fanática, irracionales, intolerantes sociales. Y a quién culpar: a la masa en sí o al panadero? Y a quién descabezar? Seguro que el primero que se esconde es el panadero, quien afirma no ser el responsable.

 

            Eso somos, lamentablemente.

 

Nunca se sabe si un engaño va a funcionar hasta que funciona.[3]

Tomado de Facebook
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[1] Los mandan a matar y a morir. Fernando Londoño Hoyos. https://www.las2orillas.co/los-mandan-a-matar-y-a-morir/

[2] Si el morbo les puede, nada más ver el siguiente video: https://www.youtube.com/watch?v=R923DpMH9fw

[3] David Baldacci. Los coleccionistas.

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