A mi WhatsApp llegó el mensaje que transcribo literalmente. De algún anónimo, cuyo contenido igualmente comparto, en su integridad.
No lo escribí yo,
pero me identifico con su autor.
Anónimo.
Una sociedad que
carece de valores cívicos, éticos y morales no puede exigir un mejor país, tenemos
una sociedad enferma, mezquina, que tiran la piedra y esconden la mano, que
creen que el gobierno no debe robar pero ellos si pueden hacerlo. Esa
combinación no lleva a ningún lado, así marchen toda la vida.
La ciudadanía exige
derechos pero se les olvida que primero hay que cumplir con unos deberes. No se
recibe la paga antes del trabajo, primero hay que labrar la tierra, sembrar la
semilla y luego disfrutar de la cosecha, pero eso es demasiado trámite para el
muérgano de hoy, se les olvida que no siempre el ascensor está en
funcionamiento, a veces hay que usar las escaleras.
Desde hace 55 años
me han querido adoctrinar con la bendita frase de cajón, típica del socialismo:
"Los jóvenes son el futuro del país", a ellos hay que darles todo lo
que pidan, lo que exijan, lo que demanden, si no lo hacemos les estamos
truncando su futuro y por ende el futuro del país. Entonces le gritamos al
gobierno, (((malditas ratas le están robando la platica a los muchachos,
pobrecitos)))
Los socialistas necesitan
tontos útiles y en las nuevas generaciones de hoy, con pocos deseos de
superación, encontraron la carnada perfecta.
Dejemos la
pendejada compatriotas, los jóvenes no han producido nada por lo tanto no se
han ganado nada, un país lo conforman niños, jóvenes, adultos y viejos, no
solamente culicagados rebeldes sin causa.
El futuro de
Colombia es una labor de todos en conjunto y no sólo de personas de una edad
determinada; si nosotros actuamos bien el país marcha bien, Colombia funciona
mejor si respetamos las normas, si respetamos la gente, si actuamos con
honorabilidad y honradez y si cumplimos con nuestros deberes. Somos más gente
que gobierno por lo tanto el país es fiel reflejo de nosotros y no del
presidente de turno.
El gobierno no te
obliga a robarle el celular al otro, a vandalizarle la propiedad al vecino que
sufre de lo mismo que tú, el gobierno no te obliga a colarte en los transportes
públicos, ese transporte que llamas "de mierda" porque tú lo volviste
asi, tú eres el que lo usas, no el presidente.
El gobierno no te
obliga a que llegues tarde a una cita, lo haces porque eres un irresponsable y
te importa un pepino el tiempo y el esfuerzo de los demás, tampoco te obligan a
que tires a la calle la envoltura del caramelo, ni a sacar la basura a la mitad
de la avenida. El gobierno no te obliga a que seas corrupto y mala gente, eres
así por tu propia decisión.
Hay que cambiar el
papel de la sociedad que se cree santa cuando apunta a los pecados ajenos y
aceptar que YO también soy parte del problema y no me cuesta un centavo cambiar
mi actitud para contribuir a una Colombia mejor.
El gobierno no
tiene que velar por tu bolsillo si no por el del país, tú mismo tienes que
salir a ganarte tus cosas, el gobierno no da empleo, las fuentes laborales las
crean los mismos empresarios que podemos ser tú o yo, el presidente no tiene
porqué preocuparse si tu mesa está llena o vacía, tú eres dueño de tu hogar y
es tu obligación poner alimentos sobre ella, si no puedes hacerlo entonces es
tu problema por traer hijos sin pensar en las consecuencias.
Deja de llorar,
deja de exigir cosas que no te has ganado, deja de creerle al que te dice que
el gobierno te tiene que proveer todo porque te ha estado robando toda la vida,
que el banquero te estafa, que el rico te abusa, que ellos son los culpables de
tu pobreza, eres pobre porque te programaste a hacerlo, porque le sigues
prendiendo velas a la virgen para que te traiga un mercado, porque crees que la
familia y los amigos tienen obligaciones contigo, porque no supiste sembrar y
ahora estás recogiendo frutos amargos.
No es el gobierno
el culpable de tus problemas, es tu entorno, tus hábitos, tus prejuicios, tu
actitud, es la forma como administras tu vida y no el banquero, el rico o el presidente.
La persona que te enseña a odiar a la gente exitosa es un resentido social,
aléjate de ellos para que no termines igual.
Un buen gobierno
solamente podrá existir cuando haya buenos ciudadanos, por eso hagamos nuestra
parte, el enemigo más importante a vencer no es el que tienes enfrente, sino el
que vive dentro de tí, normalicemos el país, limpiemos nuestras calles,
pintemos los muros y paredes vandalizadas, ayudémosle al vecino a recuperar su
negocio, re-activemos el comercio y recuperemos los empleos perdidos, dejemos
pasar a los campesinos con sus productos y mostremos primero compromiso con la
patria.
Un país que ha
perdonado a los peores criminales y terroristas de su historia ahora no
encuentra la manera de vivir en paz.
No hay mucho qué agregar, salvo
volver a pensar, cuándo dejaremos la mezquindad?
En Colombia, donde la justicia casi
siempre tarda veinte o más años en llegar —cuando llega, porque en el camino
frecuentemente se vende al mejor postor—, el sistema está diseñado para proteger
al delincuente y desgastar a la víctima, lo cual quiere decir que alguien con
los recursos financieros de Pablo está destinado a disfrutar por el resto de
sus días de la más rampante impunidad.[1]
[1] Amando a Pablo, odiando a
Escobar. Virginia Vallejo. Un libro que vale la pena leer.
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