lunes, 7 de febrero de 2022

LA OLLA A PRESIÓN


Todos hemos sentido, al menos una vez en la vida, el deseo de desaparecer.
En un momento concreto de desánimo, nos habrá parecido que la solución era ir a la estación y subir a un tren cualquiera, tal vez huir sólo unas pocas horas, un soleado martes de invierno por la mañana. Si lo hemos hecho, no lo contaremos nunca. Pero siempre guardaremos la sensación liberadora de apagar el móvil y olvidarnos de internet, desvinculándonos así de la correa de la tecnología para dejarnos transportar por el destino[1].

             No lo sé, pero lo supongo. Alguna vez, por presión con alguien, con todos, con uno mismo o con nadie, llega un momento en que se siente el deseo de mandar todo al carajo y poder ser uno mismo. Sin responsabilidades propias, sin responsabilidades cargadas por imposición o por metido, ser libre, cual Juan Salvador Gaviota, mandar todo al carajo y sentirse libre, de todo, de nada, simplemente sentirse libre. Es un decir, pues, creo, uno no es capaz de hacerlo.

             Y entonces, se opta por continuar con la vida, con una olla a presión a cuestas, dejándose llenar de vapores, acumulando y acumulando, sensaciones, situaciones, problemas, angustias y controlando que no se explote, pues todo se puede ir al carajo, pero no como uno desearía, es la ley del aguante, pues curiosamente ese ir acumulando los vapores de esa olla a presión nunca contienen las sensaciones bellas, de felicidad. Cosa curiosa.

             Y entonces… uno esperando la explosión dentro de una implosión y estando a punto de generarse lo peor que puede pasar, nada, no pasa nada, la rutina se impone y la vida sigue igual, para eso está la válvula que libera el aire acumulado, el que evita que se dé la explosión, ante la imposibilidad de mandar al carajo todo y encontrar una posibilidad de un mundo para uno, solo para uno, aquel que nunca logrará por la incapacidad de poder mandar el mundo al carajo, de una vez.

             Era un solo pensamiento, supongo. 

«La vida es sólo una larga serie de primeras veces».[2]

Tomado de Google



[1] Donato Carrisi. La hipótesis del mal.

[2] El cazador de la oscuridad. Donato Carrisi.

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