miércoles, 27 de septiembre de 2023

PALABRAS SIN SENTIDO

                Proletarios del mundo. La tarareada frase que llena la boca de hermandad, de odio o lastimero recuerdo tanto a socialistas, comunistas y demás proletarios que sueñan con la redención de la humanidad, tanto como la sueñan los terraplenistas.

 

                Proletario, según Wikipedia: Proletariado es el término utilizado para designar a la clase social que, en el modo de producción capitalista, carece de capital, control sobre los medios de producción y sobre la distribución, y se ve en la necesidad de arrendar su fuerza de trabajo a cambio de un salario. De esa manera vista, todos somos proletarios, trabajadores, burócratas o no, todos lo somos o lo hemos sido, desde el portero hasta el gerente (pues éste careciendo del capital se vende a cambio de un sueldo, o no?).

 

            Pero dejemos así la cosa. Quiero centrarme en la palabra misma: proletario. Una palabra que pretende abarcar tanto que no abarca nada, tanto como un llamado a la igualdad como un apelativo despectivo. Proletarios del mundo: uniso (dice un grafiti que recordé, dicho por un disléxico). Qué se quiere significar, qué abarca la palabra, qué objetivo tiene, cuál el alma de la palabra misma?

 

            No le encuentro respuesta a tanta inquietud (es un decir, porque realmente la palabreja me tiene sin cuidado, solo otro momento retórico en que me encontraba). Y en ese mismo sentido recordé otra que, para mí, tiene un sinsentido: los de la primera línea, que no dicen nada tratando de decir algo pero que a mi cabeza solo llega el sonido de la hamponería, de lo salvaje, de los saqueadores, así quieran hacerlos viceministros (que ya es el colmo).

 

            Y ya que me despaché con esos dos terminachos, para equilibrarme -mentalmente- están palabras más que dicen mucho al no decir nada como capitalista, socialista, godo, verde o liberal, que tratan de enmarcarse en un objetivo, una ideología que hoy se ha desvanecido, llegándose a parecer todos a todos, hasta en sus discursos, con la variación de las debidas palabras. Aunque todos son en realidad una masa.

 

            Y he dicho.

 

El individuo no es una unidad irrepetible, sino un concepto que se suma y forma la masa, que sí es real.[1] (Qué ironía, me digo).

Tomado de Facebook
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[1] El hombre que amaba los perros. Leonardo Padura.

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