Una pregunta que escuché en la televisión; esas tradiciones que venían de los abuelos y que con ellos venían de tiempos inmemoriables, repetidos por generaciones y que sufrían variaciones, claro está, pero no tan notorias.
Parece que con el tiempo se
fueron evaporando, a partir, supongo que de los sesentas, esa etapa que cambió
radicalmente a todo el mundo a pesar de que nuestros padres trataron de seguir manteniéndolas
pero que nosotros, como padres, dejamos que se volatilizaran y de los que
nuestros hijos tendrán un vago recuerdo.
Entonces parece que fue nuestra
generación la que permitió el salto de tradiciones y más que salto, el cambio
dejando desfallecer a las viejas tradiciones. Ya no es lo mismo, lo sé a pesar
de quejarnos, pero hemos sido responsables, para bien o para mal, del cambio
surtido y somos resultado de nuestro propio tiempo y así debemos asumirlo, no
hay de otra y es lo que hay, todo se fue diluyendo en el tiempo, por poner unos
ejemplos, la música colombiana, las navidades, las semanas santas, todas esas
festividades quedan en el recuerdo, que como recuerdo que es se desvanecen en
el tiempo.
A eso mismo estamos condenados
al saber que ya nos falta poco para desvanecernos en el tiempo que nos
correspondió.
Las cosas siempre resultaban más
complicadas de lo que uno pensaba. Pero cuando pensaba en ello, las complicaba
aún más, figurándose que iban a salir mal, en vez de esperar lo mejor. Sí, él,
desde muy joven, como método para estar mejor preparado ante los avatares de la
vida, había optado por ser pesimista. Siendo pesimista, si las cosas salen mal,
no le pillan a uno por sorpresa, mientras que si salen bien, es una agradable
sorpresa.[1]
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