La velocidad es hoy una de las metas que se buscan para proyectar cohetes, para hacer eficientes ciertas actividades. Pero me pregunto cuál el interés de producir carros común y corriente que superen velocidades de 250 y 300 kms. por hora y que alcancen la mayore velocidad en fracciones de segundo, que acelerando se logre en tres segundos superar los 80 kms. Sinceramente no lo entiendo.
Y no lo entiendo por razones de
sentido común. Las zonas urbanas actuales tienen el límite entre 30 y 50 kms.
Para qué quiere uno un carro que llegue a 300 por hora? Y si vamos a las
carreteras en estas no pueden superarse los 80 y en las autopistas como máximo
120 aunque lo corriente está en 100. Entonces me sigo preguntando, para qué un
vehículo que llegue a 300 por hora si no puede andar a más de 120? No le
encuentro lógica, lo que sí entiendo es que entre más velocidad más precio y a
más precio más pantalleros se vuelven sus dueños, pueden decir que tienen un
superauto pero omiten decir que en la ciudad no pueden ir a más de 50, como los
carros del resto de mortales. Pagan el precio, para levantarse la autoestima,
nada más, porque de utilidad les sirva para tres cosas… Si no es por eso para
qué pretender un carro que en tres segundos alcanza los 250 km. por hora?
Estupideces de los seres humanos
cuyo ego está por los suelos, me digo, simples fantoches que solo pueden
demostrar su valía con argumentos simplistas. Esas son las incongruencias que
me llaman la atención.
Yo viví el sesenta y ocho, hijo, y no sirvió
para nada. —Hizo una pausa—. Ni entonces ni ahora, si te digo la verdad.[1]
[1] Nombrar a los muertos. Ian Rankin.
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