miércoles, 6 de marzo de 2024

ESE NO SOY YO

                 Es mi sombra. Me sigue a todos lados.

 

                En el día, si está soleado, se deja ver. En las noches, si no hay luces, se mantiene ahí, oculto en las sombras. Aunque no está, sí que me sigue y yo, simplemente le ignoro, pues no vale la pena seguirle el juego, pues no se sabe con qué cosas saldrá, vergonzosas, supongo.

 

                Cuando me levanto al entrar al baño, su reflejo en el espejo se hace patente, se hace evidente, se quita la máscara de sombra y se deja ver, tal cual es, como yo. Y veo en sus ojos un dejo, un dejo que insinúa que soy yo el que le rehúyo, el que no le acepta y él sonríe irónicamente y de soslayo me dice que yo soy su sombra y que me ha descubierto.

 

                Se sonríe sin sonreír, pero esos ojos me dicen que yo soy su sombra y que no tengo escapatoria.

 

—Uno nunca es consciente de la suerte que tiene —sentenció Rebus[1].




[1] Almas muertas. Ian Rankin.

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