Los dioses han
querido que no sepamos con certeza la suerte que le espera. El porvenir es
suyo, solo suyo y quizá incluso les pertenezca a ellos de manera muy parcial,
que exista, más poderoso que ellos, un Destino cuyos designios son
inescrutables. Lo que ellos puedan saber del futuro, en todo caso, no nos lo
revelan jamás sin ambigüedad, y solo a retazos, tal vez para impedir que nos
durmamos cómodamente en el presente, lo que sucedería sin lugar a dudas si
supiéramos por adelantado lo que nos espera. (1)
-
Será que Dios
existe?
-
Ni idea, vaya uno
a saber.
-
Entonces estamos
50-50.
-
Sí, gracias a
Dios.
° ° °
-
Ya se miró en el
espejo?
-
Déjese de
pendejadas, ya empezó…
-
Está bien,
entonces no se mire.
(…)
-
Por su cara veo
que ya se miró. La misma moneda tiene dos caras. La que uno se imagina que
tiene, la que nunca envejece, la constante compañera y la que refleja el
espejo…
-
Sí, la que no
oculta la realidad, la que muestra el paso de los años. Por eso no me gusta el
espejo, prefiero mi irrealidad.
° ° °
-
Qué hace?
-
Perdiendo el
tiempo.
-
Ah!
Procrastinando.
-
No, reflexionando
sobre la nada.
° ° °
-
No me venga con
esas cosas. Nunca prometí no defraudarlo.
-
Sí, qué cagada!
° ° °
-
La vida es una
incertidumbre.
-
Ah! Destino fatal
el que está escrito!
° ° °
-
A dónde va con su
cuadernito?
-
A imaginar mis
ideas flotantes adquiriendo realidad.
° ° °
-
Qué es lo que
tanto escribe?
-
Pensamientos,
antes de que me abandonen.
-
Pendejadas, dirá!
-
Si usté lo dice…
y que no hay una forma de escribir, porque
escribir no es una ciencia matemática, digan lo que digan y quieran decir los
críticos y los teóricos. (2)
Foto: JHB (D.R.A.)
(1) Memorias de Agripina. Pierre Grimal.
(2) Fernando Araújo Vélez. En estado de escribir. http://www.elespectador.com/opinion/en-estado-de-escribir-columna-689414
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