Cada paso que damos en la vida constituye una
ganancia (o una pérdida, según desde donde se mire); es un paso dado,
necesario, obligatorio, porque no pudimos dar el otro hacia el otro lado, para
ver cuál era el resultado.
Y a cada paso el tiempo pasando, igualmente
inexorable, necesario y obligatorio, con igual imposibilidad de poder saber el
resultado si se hubiera esperado un segundo o adelantado el otro. Ni modo.
Entonces me pregunto sobre la vacuidad de la
experiencia, cuando ya se han recorrido la mayoría de los pasos dados por este
mundo, cuando ya se avizora la meta final. Y al tratar de generalizar veo que
entro en el mundo de los aprietos, por tratar de generalizar, me repito.
Entonces me centro.
Somos los títulos que antaño tuvimos, pero ya
no lo somos. Somos meros mortales en disfrute de la última etapa, pero aun así
nos vanagloriamos de los títulos que tuvimos, pero que ya no tenemos o los
tenemos pero ya no sirven para nada y nada qué decir de los títulos y cargos
que nuestros padres pudieron tener y que sacando pecho, los hacíamos nuestros,
sin derecho alguno, en ese antaño en que era tan importante ser hijo de
alguien, importante naturalmente.
Lo que fuimos ya no lo somos, ya no debería
importarnos no serlo, no tenerlos, pero sin vacuidad, es decir sin vacío de
pertenencia, pero con vacío de pertenencia que ya no es nuestro.
Hoy me preguntan: Su profesión. Yo les
contesto: Vago. Lo que fui ya no lo soy, ni me interesa serlo, porque ya quedé
liberado de corbata y camisa blanca, vestido de paño y calentamiento de silla,
ahora los primeros quedan para ser usados en sepelios, para no ir tan
desarreglado. Ya no debo aparentar demasiado, como para qué?
Entonces siento la vacuidad de mi vida laboral
y profesional y me felicito por ello, ya no tengo que arrastrar petigrís ni
títulos, ni acreditar infinidad de saberes que pudieron servir pero que hoy
sólo me estorbarían. Ya no le tengo que demostrar nada a nadie, afortunadamente
ya puedo pensar que además de vago, he de ser pensionado.
el maldito aburrimiento de la vida
académica… hablar cada vez más de cada vez menos.(1)
Óleo sobre papel. Con espátula. JHB (D.R.A.)
(1) Robert Harris. El hijo de Stalin.
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