viernes, 2 de marzo de 2018

IMÁGENES




Somos un mundo de imágenes, somos sólo imágenes. Las imágenes gobiernan nuestras pasiones, nos llevan de la ternura al odio, de la indiferencia a la intolerancia, al amor, a la sapiencia.

Nos acompañan en todo nuestro recorrido, aún en los sueños y las pesadillas, por allí también gobiernan las imágenes.

Imágenes del prójimo, del ayer y aún del mañana, de lo conocido, de lo desconocido y de lo conocido pero remotamente, y son imágenes que perduran o se evaporan como los pensamientos.

Ver al Papa abrazando un niño conmueve. Ver a Alejandro VI –el Borgia- tal vez no. Ver corriendo a la niña que huye de Vietnam desuela pero también genera el odio que los gringos quisieron implantar en nuestras almas, cuando se le ve desde otra óptica.

Y así con todo en esta vida. Imágenes del vecino refunfuñón, del amable, del envidioso, del tramposo, del cordial, todas esas imágenes hacen emergen sensaciones y las imágenes son las que terminan gobernando nuestro primer impacto de rechazo, de desconfianza, de bienvenida.

Imágenes que generaban miedo desde la niñez. Fidel Castro, el comunista ese barbudo, recuerdo cuando nuestros padres se referían a él de esa manera. De la distancia que debíamos guardar de los gitanos, porque ellos robaban niños y hacían morcillas, nos embaucaban y dentro de mi recuerdo, de los pocos gitanos que logré ver en aquellas épocas, eran hermosos ojos, atrayentes, aventureros en la mirada de bellas jóvenes gitanas. Pero eran imágenes inevitables que debían ser evitadas, para no ser contagiados, para no ser raptados en el pensamiento.

Las imágenes nos formaron y esas mismas imágenes nos distorsionaron muchas veces el pensamiento, por estar llevadas por la percepción ajena y nada qué decir si la imagen iba acompañada de una frase hiriente, discriminatoria, por ser godo o liberal, de mejor o peor cuna que uno.

Imágenes que realmente eran solo eso, pero que dominaron nuestro andar, por el hecho de estar distorsionadas al ser vistas desde la óptica ajena, que impedían hacer nuestra propia apreciación.

Hoy, la mayoría de imágenes están relegadas al álbum familiar que solo es visto de vez en cuando, pero el prejuicio o la aceptación quedaron grabadas por la eternidad. Y nada qué decir de las imágenes de las redes sociales, envenenan sin sentido o atraen como contrasentido.

Y pensar que sólo eran imágenes de las que no podemos deshacernos. Y eso que no mencioné las otras, las nacidas de las ilusiones, de los deseos, de la ansiedad y de aquellas que miramos sin ver pero que el subconsciente se encarga de guardar, para cuando quiere ilusionarnos o angustiarnos.

El que busca la verdad corre el riesgo de encontrarla.(1)

Óleo sobre papel. Espátula. JHB (D.R.A.)


(1) Isabel Allende.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario