miércoles, 12 de junio de 2019

PERIODISTAS MAÑOSOS


Va a llegar el momento en que no lea noticias, ya que procuro no oírlas y huyo de los televisores a esas horas siniestras. Cada vez más los llamados periodistas ponen un título llamativo, mencionan algo de la noticia y terminan hablando de otra cosa, cuando no le dan la vuelta a la noticia y terminan hablando babosadas o mentiras a su amaño.

Y lo digo porque apareció en estos días como noticia que la valorización de Bogotá se había caído. Leyendo el contenido resulta que es falsa la afirmación; la verdad era que la procuraduría había emitido un concepto, como en todos los procesos en que interviene que debe emitir su concepto u opinión, y no obliga al juez, es decir, no se ha dictado sentencia. Además, la Procuraduría no podía dictar sentencia, como se deducía de lo escrito, pues sólo lo puede hacer un juez. Pero a raíz de titular y lectura rápida la gran mayoría entendió que efectivamente se había caído la valorización. Periodistas inescrupulosos.

Y en otra, una mujer pretendió suicidarse desde un puente ya común en un centro comercial, al parecer diseñado para eso. El periodista a duras penas menciona la noticia central y se centra en el número de suicidios, en las aparentes razones que llevan a ello. Otro periódico lo tituló como caída de una mujer desde el puente, pero ocupó dos renglones para tal noticia y el resto del artículo lo dedicó a hablar de otros suicidios. Periodistas manipuladores.

Y eso fueron dos noticias en un solo día y no entro a hablar sobre el fallo de la Corte Constitucional sobre el uso de drogas en los parques, porque fijo en el contenido de la sentencia debe decir otra cosa diferente. Pero así son los periodistas actuales, al menos uno sabía que en los periódicos de antaño, llamados amarillistas y que exudaban sangre, la noticia tenía un contenido que se leía con beneficio de inventario, es decir, de antemano se sabía que todo era protagonismo del periodista, que se dejaba llevar de la emoción. Fuera de las noticias orales, con las consabidas preguntas estúpidas de qué sintió cuando el edificio se la cayó encima? Qué dijo su mamá cuando veía que se estaba muriendo? Y la mayor piedra que me da, de aquellos periodistas sublimemente estúpidos que argumentan que tienen derecho a la noticia y se creen autorizados para entrar en la intimidad de una persona. Ojalá se hicieran la pregunta cuando es la mamá de ellos la que resultó muerta en el accidente, ojalá!

Como pueden ver, es otra profesión que no me soporto cuando va acompañada del abuso de su derecho a la supuesta noticia. Y no me entretengo más en el tema porque termino haciendo un tratado completo y bien documentado sobre la estupidez que ronda a los periodistas. (Los pocos que conozco me perdonarán pero es que el exceso de limitación mental me exaspera.)

Nada como los prejuicios para afectar la convivencia, contribuir a las divisiones y generar odios absurdos que han llevado a la humanidad a persecuciones irracionales e injustas contra grupos de personas, por su raza, orientación sexual o creencias. Por nuestros prejuicios, estigmatizamos y emitimos juicios de valor poco sustentados. Repetimos sin pensar frases para descalificar, como que los costeños son perezosos, los paisas son mafiosos, los cachacos son antipáticos; o nos describimos como una nación violenta, machista, mestiza, católica y conservadora. Sin embargo, somos mucho más y mucho menos. (1)



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