viernes, 30 de octubre de 2020

QUÉ PASA SI MUERO?

             El problema de repetir las temporadas del Doctor House es que lo induce a oír frases que uno preferiría omitir, al ser preguntas curiosas, impertinentes, lo sé. Poco razonables, lo sé. Eufemísticas, también sé que no lo son.

 

            Y la de este título, la que nadie quiere hacerse, al menos en voz alta. La mayoría ni siquiera en voz baja y menos hacérsela. Porque ya saben la respuesta, de antemano, le temen a ella y odian oírla.

 

            Para la respuesta se necesita mucha, tal vez demasiada objetividad; alejarse lo más posible de la subjetividad, de los sentimientos, olvidar el pobreteo propio de cada quien, pues adoramos que nos pobreteen. Ay pobrecito, es la condescendiente respuesta que al parecer insufla el alma ante la desgracia.

 

            Por eso prefiero dejar la pregunta en el aire, para no distraernos en lo que viene a continuación. Si es que algo tiene que venir a continuación de la pregunta impertinente, grosera, agresiva, pero necesaria.

 

            Y la respuesta…

 

—Todos estamos en las manos de Dios.

—O del destino —tercia Sánchez Terrón, fatuo y solemne—. La naturaleza tiene reglas implacables[1].

Tomado de Facebook
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[1] Hombres buenos - Arturo Pérez-Reverte

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