Antes
que nada y de empezar a despotricar, me pareció interesante conocer su
definición. No hay una que con precisión determine su significado. Sin embargo
transcribo algunas que encontré en el doctor Google: Un influencer es una persona que, de algún modo, ha logrado destacar
en los canales digitales, especialmente en las redes sociales, como Facebook o
Instagram, así como en plataformas de vídeo como YouTube. O Un influencer es una persona que cuenta con cierta credibilidad sobre un tema concreto,
y por su presencia e influencia en redes sociales puede llegar a convertirse en
un prescriptor interesante para una marca.
Deduzco
entonces que se trata de una persona que publica mucho en redes sociales, al
que le dan un determinado grado de credibilidad que está marcada simplemente
por los likes que otras personas
semejantes le dan a todo lo que publica. Generalmente es una mano de vagos que
no tienen nada qué hacer, salvo mostrarse cómo se acuestan, cómo duermen, como
se bañan, cómo viven una rutina diaria. En las mujeres, si muestran o insinúan
bastante las tetas, las hace mejor influencers, más seguidas solo por eso. Nada
más. Es decir, simplemente muestran su vana vida, su propia miseria que, en
razón a una serie de vagos seguidores le realzan el ego y se sienten útiles en
este mundo, sin saber que su propia banalidad es deprimente.
Igualmente
hay un grupo de ignorantes que gustan de despotricar, de todo y contra todo,
sin conocimiento alguno, sin preocuparse de averiguar sobre lo que hablan. Está
la tontarrona esa que por mero gusto se fue a destruir una estación de
Trasmilenio. Son destructores por naturaleza, la maldad humana en una persona
es reflejada. Y están todos aquellos que se esconden en la pantalla, incapaces
de hacerse sentir, cobardes por naturaleza, que con sus likes –que demuestran su incapacidad a actuar por ellos mismos-
elevan el ego del influencer para que
siga con su propia destrucción, está claro.
Influenciadores,
pero de la banalidad, de la mediocridad, de lo que ellos mismos son, seguidos
por una mano de su misma especie, qué más se puede esperar?
Como
diría mi mamá, las cosas malas sí se las aprende, no? (eso me va definiendo).
Luego
de esta diatriba,
veo que el mundo avanza, a pasos agigantados, hoy ya no hay imposibles como
podría pensarse hace cincuenta años, pero como seres humanos, con valores que
puedan enaltecer nos vamos atrasando cada vez más, estamos entrando en el mundo
que va a ser manejado, manipulado, vilipendiado por ignorantes que terminan
creyéndose guiadores de la humanidad, iluminados de un nuevo mundo, del que no
quiero pensar cómo terminará. Mientras tengan seguidores tan o más estúpidos
que el mismo influenciador, no sé a dónde vamos a llegar.
Si suficientes personas deciden creer que algo
es lo que otras personas dicen que es, entonces para ellos se convierte en eso.
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