En efecto, cara mia. Sé que es una frase italiana que lleva a conmover, como me conmovió al recibir, luego de tantos años, esas tus palabras, lacónicas pero muy dicientes, reflejo del sentimiento imperecedero y eterno que nos acompaña, a pesar de los años transcurridos, de tantos años que parecieran describirse en términos de siglos.
En la misma distancia que parecía
esfumada en el pensamiento, como un sueño que nunca se hubiera hecho realidad,
como efectivamente lo fue, a pesar del corto tiempo que nos duró.
De una parte fue el estupor mi
primera reacción, un no me lo puedo creer, un milagro que adquirió vida
y que tomó su propia esencia, la más pura que se puede sentir. De otra, el solo
leer el remitente, hizo renacer las pulsaciones incontroladas de aquellos
viejos tiempos, en que la juventud me permitía sentir que el mundo solo giraba
a tu alrededor. Y de otra más, si se me permite, la extraña sensación en la
mirada de un viejo, pues eso ya está más que claro, que sabe que lo mejor es
guardar para sí los mejores recuerdos que se tienen en la vida, pues es bien
sabido que los viejos solo viven del recuerdo, que al ser expresados, los demás
no podrán distinguir en la verdad que puede haber entre las palabras del
recuerdo y la senilidad que los años hacen que el recuerdo se difumine entre el
sueño, el deseo frustrado y lo que acaeció.
Todo esto demuestra la confusión en
que caí al sentir tus palabras, llegadas a mí como un eco del recuerdo lejano,
de una voz inconfundible que permanentemente me ha acompañado en susurros por
tantos años, mantenida en la esperanza de que resucitaran como fresca voz que
nunca se hubiera marchado.
Leer y releer tu carta me reconforta
y me emociona, tanto que nubla la vista y el recuerdo, haciendo aflorar todo
ese sentimiento retenido por el paso de los años ya pasados que incómodos se
mantuvieron en lo más recóndito del corazón.
Palabras que, en una palabra,
borraron tantos años de ausencia, reconfortados sí, pero dolorosos igualmente,
por esos años de abandono. Porque aún en la desesperanza, o si lo prefieres, en
la esperanza otrora perdida, en lo más profundo del corazón sabía que
compartíamos el sentimiento eterno que nos unió y que con todo, vicisitudes y
temporales olvidos, debía permanecer, como efectivamente han permanecido y
permanecen, a pesar del tiempo y la distancia.
Curiosos aspectos de la vida, pienso
ahora, cuando los años han pasado, mil veces imaginando lo que habría sido de
la vida sin la separación, sin ruptura, no se hubiera sucedido. Alternativas
varias que pudieron haber sucedido y que en mi cabeza sucedieron al verlas
evaluadas en el deseo de su reflejo en el tablero de la vida. Pero todas ellas
simples conjeturas que no se dieron, por motivos del azar de la vida, mientras
la vida seguía su curso, el uno sin el otro, siendo el uno para el otro.
Visto en la distancia, la intensidad
fue más que suficiente y con ella, la vida grabó en el corazón todo aquello de
que era merecedor.
Ya hoy no debe haber
arrepentimientos, el tiempo simplemente transcurrió como debía hacerlo, en ese
decurso que se llama destino, aventura a la que es imposible desligar, pues
somos convidados como espectadores obligados a participar de acuerdo al libreto
preestablecido, en el que no vale la improvisación.
Extenderme quisiera, explayarme en
las quejas contra ese destino, pero te aburriría con discursos bien de reclamo,
bien de comprensión, bien también de añoranza infructuosa.
No sé si como llegó tu carta llegue
mi respuesta, la que ha de ser leída también en entrelíneas, cuya profundidad
es mayor que las palabras escritas, para no dejar en evidencia ni prueba alguna
de un sentimiento que no ha de traslucir, a pesar de la permanencia del tiempo
que ha pasado.
No sé tampoco si esta respuesta te
asustará y hará que nuevamente te evapores en el tiempo, pero es riesgo que he
de asumir, pues son palabras que resurgen con el recuerdo de otros tiempos.
Seguimi, cara
mia, salta quel muro con allegria[1].
[1] Ahora, mírame querida mía, ¡Y salta esta valla con alegría! https://context.reverso.net/traduccion/italiano-espanol/cara+mia
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