miércoles, 26 de enero de 2022

MEDICAMENTOS CON PREDICAMENTOS

                 Los medicamentos que tomamos se suponen que sirven para aliviar los males que nos aquejan, lo que quiere decir que nos alivian para unas cosas, pero para otras nos pueden generar problemas. Como el caso de la quimioterapia, que mata las células cancerosas, pero a la vez matan las células buenas que se encuentren a su alrededor. En una palabra, de un mal, el menor.

 

                Tomo los medicamentos propios de la edad, por el momento: el acetil salicílico, para diluir la sangre; el omeprazol, para las agruras; la tiroxina para la tiroides; lovastatina, para triglicéridos y colesterol; losartan para la presión; hidroclorotiazida como diurético para deshacerme de los rastros del anterior; nimodipino para que me irrigue más el cerebro y multivitaminas, para lo demás. 

 

                Me tomé la libertad de leer las contraindicaciones de algunos, a veces cortas, a veces más largas. Pero además de las contraindicaciones leí las precauciones y advertencias. Solo del omeprazol aparecieron dieciséis y cada una de ellas con más de una advertencia. Del losartan aparecen ya no contraindicaciones, ni precauciones ni advertencias, sino efectos secundarios y salieron catorce, sin contar con la advertencia de la interacción con otros medicamentos. Y hasta unos están contraindicados con los otros, como el caso del omeprazol con la hidroclorotiazida (Evítese el consumo de…).

 

                Y naturalmente me faltó por citar que los medicamentos son venenos que tomados en dosis precisas pasan a ser los que curan, lo que, en el fondo, tiene una evidente contradicción, pero como el mundo está lleno de contradicciones, qué más da una adicional, como decían antaño: si no mata, por lo menos que sane. Otro de los dilemas a los que nos enfrentamos, sanar matándonos o no sanar, matándonos.

 

«La naturaleza empuja a los hombres hacia el optimismo», se dijo. Es fundamental para la supervivencia de la especie dejar de lado los peligros potenciales y concentrarse sólo en los más probables. No se puede vivir en el miedo. Una visión positiva es la que nos hace ir hacia adelante a pesar de las adversidades y el dolor que jalonan la existencia. Sólo tiene un inconveniente, allí es donde suele esconderse el mal.[1]

Tomado de Google
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[1] El tribunal de las almas.  Donato Carrisi.

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