lunes, 21 de noviembre de 2022

A VECES…

            Muchas veces durante el día se siente una carga sobre los hombros que no se sabe de dónde proviene ese nerviosismo generador de cierto miedo, de cierta culpa que a ratos se siente como ajena.

 

            Y uno se pregunta de dónde proviene esa carga; luego, claro está, de verificar que no hay problemas económicos, de pareja, familiares, pero que en la práctica y en cualquier caso se siente como carga con sentimiento de culpa, que de tanto rondar termina uno creyéndose que la carga es cosa de uno, es culpa de uno y de la culpa al estrés solo hay un paso.

 

            Repasadas las causas en las que uno sea o se sienta el responsable, al no tener los problemas mencionados, solo queda una conclusión: todo es imaginación, todo es imaginario, pero aún así se siente ese noséqué cargado.

 

            Y haciendo la evaluación correspondiente solo queda pensar en qué momento empecé a sentir esa sensación incómoda. Bien mirado la sensación nació con el levantarse, al momento de despertar, lo que me llevó a pensar que el culpable de esa carga indeseable fue un sueño, el que antecedió al despertar, ese sueño tenido que es envidioso, que no puede ver a un pobre acomodado, pues los sueños, como dije, son envidiosos al ver a alguien en su mediana tranquilidad, además de ser anárquicos y de hacer de las suyas en medio de la noche e imponerse haciéndose sentir, en la oscuridad de la inconciencia y abusando de su posición subconsciente para convertirse en un vengador, en un vengador de alguien que no debe nada.

 

El gusano de la duda se escondía bajo el suelo de su pensamiento.[1]

Tomado de Facebook
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[1] Fama y muerte. Raúl Garbantes.

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