Veía algún documental de la DW sobre las diferentes crisis
económicas, monetarias y financieras del mundo, en las que ciertos egos
resultaban causantes, desde el FMI, los gringos y los poderosos.
Veía que la omisión de algunos poderosos coadyuvaban en la crisis,
para sacar un beneficio propio. Y la historia era cíclica, al menos cada diez
años había una, en cada una de las modalidades -económica, monetaria o
financiera- y lo que era peor, ocurrida en un país podía arrastrar a muchos
más.
Algunas inventadas, otras generadas,
otras tantas producto de la imprudencia, de la mezquindad o del deseo de más
poder.
Y me preguntaba dónde estaban todos
esos genios que se dedican a su estudio. Naturalmente todos los estudios se
generaban después de la crisis, casi todas iguales, cíclicas, pero evaluadas cuando
ya no se puede hacer demasiado. Naturalmente los paganos son los pobres, pues
los ricos sacan su provecho sin pensar en el daño colateral. Y me seguía
preguntando, dónde estaban los genios que podían predecir las consecuencias.
Me preguntaba cómo era posible que
no se previeran, si conocen la historia, los egos y los desaforados intereses
de unos ricos; cómo era posible que a cualquier grupo de ricos les diera por
generarla y no pasara nada, para ellos, pues se enriquecían más, pero las
consecuencias las sufrían los pueblos, ignorantes de lo que sucedía.
Me preguntaba si no había uno que
otro genio que pudiera predecirlo y uno u otro genio que pudiera tomar las
medidas para evitarlo.
Por lo visto los hay, pero a nadie,
con el poder suficiente, le interesa prevenirla, ese parece ser el negocio y
visto así, estamos jodidos, sometidos al vaivén de las voluntades egoístas de gobernantes
y poderosos.
Otra reflexión que no conduce a
nada, salvo a ver con impotencia cómo en este mundo habiendo soluciones,
prefieren no ponerlas en práctica.
La riqueza de unos cuantos sólo se podía
generar con la pobreza de muchos.[1]
[1] Marco Vicchi. La
fuerza del destino.
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