lunes, 28 de agosto de 2023

CURIOSIDAD

            Muchas veces la curiosidad nos lleva a hacer preguntas, cuya respuesta es evidente, se hace incómoda o, por su sinceridad, contraproducente.

 

            Por citar un solo ejemplo, esa pregunta que se hace casualmente (o sin eufemismo, el Chavo diría que es sin querer queriendo): Todavía me quieres?

 

            El todavía en la oración, sin serlo, ya implica una dualidad que lleva a pensar que en la pregunta hay gato encerrado. Y por esa razón y para no dar pie a una respuesta no querida, es mejor no incluirla, o, mejor, no hacerla y de hacerlo, variando la entonación, la circunstancia, la oportunidad. Pero sinceramente creo que lo mejor es no hacerla, por la peligrosidad que implica la respuesta.

 

            Es tanto como preguntar, sin el todavía, si Me quieres? luego de una pelea.

 

            Es por eso por lo que creo que muchas preguntas es mejor no formularlas, en ninguna circunstancia, si se quiere seguir viviendo en la comodidad de la ignorancia.

 

Y de verdad me ha hecho más libre. Porque me enseñó que hay muchas formas de ser esclavo.[1]

Tomado de Facebook
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[1] La cola de la serpiente. Leonardo Padura.

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