viernes, 4 de agosto de 2023

OTRA MAS

Por redes sociales me llegó un nuevo mensaje que me identifica mucho y el mismo título lo hace: *MI MALA REPUTACIÓN*, al parecer anónimo, y creo que así lo es, aunque mi reputación ya me tiene sin cuidado, con la edad, son cosas que pierden importancia y ya ni afecta el reconocerlas, será porque ya uno no tiene mayor cosa que perder.

 El mensaje dice textualmente y dentro de él no habría mayor cosa qué corregir:

 Mis deficiencias son muy graves:

Yo nací blanco, quien nace blanco ya es considerado racista, aunque no sea así.

Nací en una familia trabajadora, entonces soy burgués.

No voto por esta "izquierda" , lo que me hace fascista.

Soy heterosexual, lo que me convierte en homofóbico.

Valoro mi identidad y mi cultura, lo que me convierte en xenófobo.

Creo que el macho y la hembra de la especie Homo Sapiens fueron, en la mayoría de los casos, grandes socios y mutuamente responsables del éxito de la especie, lo que me hace misógino.

Me gustaría vivir con seguridad y ver criminales en prisión, lo que me convierte en un torturador.

Quiero que respeten mi forma de pensar y mis creencias y no me hagan pensar que lo anormal suele ser relativo, lo que me convierte en un represor.

Creo que los subsidios eliminan el esfuerzo por trabajar y socavan la dignidad de las personas, por eso soy insensible.

Creo que cada uno debe ser recompensado según su productividad, mérito y capacidad, lo que me convierte en un egoísta antisocial.

Fui educado en valores y principios, lo que me convierte en un oponente del bienestar social.

Creo en Dios, por eso soy un fundamentalista religioso.

Creo que los culpables de violación, ladrones, traficantes, estafadores, deben ser encarcelados, pagar la deuda, no tener ayuda, perdón para volver a casa, habeas corpus, ni tobilleras, pero, trabajar para pagar su custodia, su ropa, agua, luz y comida. Entonces, se me considera prejuicioso y contrario a los derechos humanos.

Esta es una pequeña y breve reseña de mi mala reputación.

 

            Esa es una breve descripción de lo que me hace mala persona, para la mayoría de gente, porque si se me permitiera el listado aumentaría exponencialmente, pues tengo una buena parte de espíritu dictatorial, exigente, hasta prepotente dirá alguno y unos cuantos defecticos por ahí escondidos, pero por hoy es mejor dejar así el discurso.

 

A pesar de todo encaja con el resto de su vida. No llama la atención. Nadie sabe de él. Ningún tipo de altercados a su alrededor. Simplemente, vivía. Y, simplemente, murió.[1]

Tomado de Facebook
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[1] Pasaje de las sombras. Arnaldur Indriðason.

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