martes, 31 de diciembre de 2024

31 DE DICIEMBRE

             Un día especial, porque la tradición así lo ha dicho y las buenas tradiciones hay que seguirlas. Una vuelta al sol, es la frase que se ha impuesto últimamente. Preparativos, promesas, deseos, corre corre, compras de última hora; mentalizarse para el trasñocho y para el trago, para los que lo hacen, para los viejos como yo, un día más, sin trasnocho ni trago, es la tradición para la cuarta edad (o la tercera?). Reunión familiar o con las amistades que la sustituye, el caso es estar acompañado, dice la tradición.

             No hay distingo de raza, color, religión, se celebra por doquier, cosa que se hace en este día, no importa si los otros días no son así, cosa curiosa, me digo.

             Pero la lectura me llevó a la reflexión:

             En realidad, los viernes únicamente se diferencian de los lunes, los martes o los miércoles y los jueves, en que son antesala de los sábados y los domingos. A lo mejor luego sucede que estos dos últimos días de la semana resultan aburridísimos, pero esta posibilidad no impide que los viernes tengan algo especial. La gente —no toda, desde luego— acostumbra a terminar sus obligaciones temprano y se dispone a despilfarrar las cuarenta y ocho horas que, teóricamente, tiene por delante. En viernes se sale a cenar, se va al cine, se elige una obra de teatro que previamente los críticos hayan maltratado y Canal Plus obsequia a sus abonados con la más exquisita colección de felaciones y cunnilingus que nuestra insatisfecha mentalidad celtibérica pueda solicitar. El viernes es el mejor de los siete días semanales. Todas las violaciones de la norma establecida es posible que ocurran y, si no ocurren, aún queda el recurso de enfilar una carretera cualquiera y pensar que en el kilómetro siguiente está el amor.[1]

             Qué le vamos a hacer, el 31 de diciembre es otra fecha en el calendario, aunque por la actividad le demos otra connotación. Pero a la larga, qué carajos, una fecha para distraer la mente de otros asuntos cotidianos, una forma de relajarla, aprovecharla porque para qué llevar la contraria? Esperemos que el planeta dé otra vuelta al sol para ver qué habrá pasado, seguro que nada particular, pero esperanza es esperanza y con la familia uno no se mete.

             Siguiendo la tradición, que así sea, que el nuevo año depare nuevas cosas agradables.

Tomada de Google

Tengo miedo de lo que el presente, cuando sea pasado, me hará en el futuro.
Darlis le dijo:
—El pasado no existe y el futuro es ya. Todo es presente.(2)


[1] Adolfo Marsillach. Se alquila ático.

(2) Héctor Abad Faciolince. Salvo mi corazón, todo está bien.


lunes, 30 de diciembre de 2024

CURIOSIDADES

             Para un citadino, retirarse al campo una temporada es respirar vida. El silencio propio del campo, aunque entiéndase por silencio la ausencia de sonidos urbanos, es el silencio de los árboles, el eterno piar de las aves, el viento que habla. Son las nubes que caminan a su paso, las neblinas que sobresalen, el sol arrullador cuando la lluvia no interrumpe su camino. Y eso sensibiliza al citadino no acostumbrado a las arduas labores del campo, que son muchas de por si.

             Y dos situaciones curiosas, que por curiosas me llevan a pensar en un posible trasfondo en su ocurrencia, no por sobrenaturales, tal vez corrientes pero que gracias a esa fértil imaginación hacen de la experiencia una sorpresa para cualquier citadino desprevenido.

             Varios días en que oía el canto particular de un ave. Lo digo así porque los pájaros cantan a pesar de poder no tener un ritmo y discordancia que les haga agradable ese canto. En este caso, el canto más parecía una serie de gritos estridentes, solo se podía notar el canto mas no era visible su autor, siempre confundida su apariencia con el entorno. Varios días estuve tratando de localizarle con mi mirada de fotógrafo, pero el ejercicio parecía infructuoso. Ante su ausencia física algún día me concentré en su canto, estridente, bullicioso, mal sonante y note que en los intermedios otro pájaro de su misma especie le hacía eco, como contestando a su constante requerimiento. Supuse que uno de ellos era hembra, la que llevaba la voz dominante pues era un dale que dale a la mejor especie de cantaleta femenina. Y supuse que el macho era el ahorrador de respuestas, eran concretas, pausadas, como el aja que se acostumbra cuando matrimonialmente no se quiere llevar la contraria o cazar pelea. Además estaba el tonito, la intensidad y la vainita que contenía ese diálogo a una voz. Se me podrá tildar de machista, pero así sucedieron las cosas o al menos eso me pareció. Curiosamente, lo que lo hacía mas llevadero, era que no era un dialogo bis a bis, manteniendo las distancias y cuando el silencio entre ellos se hacía un poco extenso, aparecía un tercero, ubicado más allá de los contertulios, intervenía como para hacer notar su presencia, nada más. Me imaginé al chismoso que nunca falta.

             La conversa, según mi imaginación, hizo de él toda una historia, cuyo contenido no es del caso entrar a precisar, en aras de la brevedad, pero podría resumirse en una conversación matrimonial, con suegra a bordo, me dije.

             Fue una buena experiencia el ser testigo de una conversación ajena que lo aleja a uno hasta del mismo aburrimiento e incrementa la por demás fértil imaginación. Y pasado algunos días, sin dar descanso al ojo del fotógrafo, logré avisar su presencia y sin tener una buena imagen logré una deficiente fotografía, que no me satisfacía, pero quería que quedara al menos en el recuerdo el haber presenciado, a manera de chisme, el reclamo matrimonial, o al menos eso creía.

             Pero como las curiosidades se dan, algún día la casualidad me llevó a ver el lugar en donde se camuflaba el pajarraco y en el mayor silencio posible fui aproximándome para poder tomar la foto que deseaba. Esta vez logré buenas tomas y gracias a ellas y a Lens de Google logré saber que se trataba del tero-tero o alcaraván (Vanellus chilensis, para los doctos).

             Y viene entonces el segundo cuento. Durante el día apareció en el techo de la cocina lo que en un principio identifiqué como un zancudo, de los grandes, de los que dicen que no pican, pero cuya sola presencia hace que uno vaya tras ellos en plan asesino. Sin embargo, al fotografiarlo algo llamó mi atención, en su cuerpo había un algo que me hizo mirarlo y remirarlo, era como si su abdomen estuviera enroscado con la cola, muy propio de los escorpiones y alacranes y por eso dejarlo tranquilito, bastaba dejar constancia de su existencia.

 Pero llegada la noche y ya acostado, con la sola luz que emite el celular, el tal zancudo hizo presencia con su curioso aletear que siempre les delata. Y como según leí u oí en algún lugar, esos zancudos no son chupa sangres, como sus otros congéneres enanos que además de bulliciosos (que no sé cómo atinan a hacerse sentir precisamente en el oído) pican como dios manda). Pues bien, al zancudo en cuestión -y siendo alacranudo- hice el quite de espantarlo con la mano y esperando que se alejara de mí lo más posible. Supuse que con esa advertencia se daría por notificado de lo peligroso que podía resultar el acercárseme. Diez minutos después su nuevo aleteo me alertó y en el contraluz vislumbré su presencia en la pared, encima de mi cabeza y viéndolo con más atención creí reconocer al zancudo que en el día había estado en la cocina y pensé que soldado advertido no debía morir en guerra, pero como ya estaba notificado y con el fin de poder pasar una noche tranquila, ni corto ni perezoso le di un almohadazo, lo vi zarandearse, andar turuleto y caer, por lo que continué con mi vida nocturna de lectura.

 Pero diez minutos después hizo su nueva aparición por el aleteo revelador contra la pared y poniéndome en posición de ataque verifiqué que nuevamente tenía al contendiente que se negaba a morir. Sin pensarlo dos veces di con mi mano contra la pared y su cuerpo, me pareció verlo caer, con lo cual daba por cerrado el caso, sin remordimiento alguno porque ya estaba notificado de antemano.

 Fue una sola creencia, al rato reapareció y la batalla entre nosotros continuó, logré darle y sacarlo del cuarto, estoy seguro. Pero… el hijuemadre revivió, una vez más, revivió y regresó al cuarto, no sé en qué condiciones pero me dejó en claro que era más duro de matar que Bruce Willis. Esta vez decidí que sería el último round, ganar o morir, y así fue, lo saqué del ring sin contemplación alguna, o al menos eso creo, pues no volvió a reaparecer luego de como cinco resurrecciones, que para mí no tienen explicación. A menos que muerto la primera vez, algún hermano volvió a retarme y muerto éste, los parientes más cercanos fueron en plan de vendeta, lo que sé es que yo gané.

 Al otro día me dio por pensar si estos dos cuentos no fueron un vaticinio o en mensaje divino, pero alejé el pensamiento de inmediato pensando que de ser así, eso no va conmigo, porque a mí es mejor hablarme claro porque para parábolas no estoy, si no las entendí de niño mucho menos ahora de viejo. 

… no pensó que acabaría así. No, empezó con los ojos clavados en la Estrella Polar, caminando con paso firme, pero la vida es así; pones rumbo al norte, te desvías un grado, y no pasa nada durante un año, ni durante cinco, pero los años van acumulándose y tú te vas alejando cada vez más de tu meta original. Ni siquiera sabes que te has perdido hasta que estás tan lejos de tu destino que ya no eres capaz de divisarlo. No puedes volver sobre tus pasos para empezar de nuevo. El tiempo y la gravedad te lo impiden. [1]



[1] Corrupción policial. Don Wislow.


lunes, 23 de diciembre de 2024

Y POR QUÉ?

             Información o recuerdo que llega sin motivo, sin razón y termina uno preguntándose y a qué viene este recuerdo o esta información, si es recuerdo o información, insignificante, inútil por decir lo menos, como cuando recordamos que (a+b)2=a2+2ab+b2, cincuenta años después de haber presentado el último examen de álgebra y lo peor es que aún queda la duda de si la respuesta era esa, porque en matemáticas, a pesar de la precisión siempre perdura la inquietud, tanto así que en materia de tarjetas de crédito es perdido el tiempo ponerse a calcular el costo del dinero y las razones por las cuales el saldo nunca baja como uno quisiera. 

            O que le llegue a uno el recordatorio mental que el 17 de diciembre próximo se cumple un año más del fallecimiento del Libertador, información que fuera de demostrar algo de cultura, no contiene valor agregado alguno para la vida real, es decir que ni quita ni pone para la vida diaria.

             Y ahí es donde me pregunto por qué llegan esos pensamientos sin ilación alguna y para qué se me acaban de ocurrir.

             El cerebro es algo juguetón, para no decir payaso, pues cuando necesitamos un recuerdo o una información urgente, se estresa como niño moderno y se bloquea, pero cuando está en plenitud de goce aparece con unas bobadas como una fecha o una fórmula matemática que nada qué ver.

             Simplemente el cerebro se burla de nosotros, para sembrar la semilla de la duda o de la inquietud, parece que le estresa vernos tranquilos cuando no felices y creo que su venganza es precisamente mandarnos información o recuerdos inútiles, para distraernos y de esa manera termine uno preguntándose y esto para qué y esto por qué.

             Definitivamente es un distractor malicioso y además envidioso. 

… a veces salen a la luz recuerdos inesperados, se abren de par en par puertas tras las que hay escenas, sonidos, rumores, voces, a veces hasta olores largo tiempo olvidados.[1]

Tomado de Facebook
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[1] Las perfecciones provisionales. Gianrico Carofiglio.


viernes, 20 de diciembre de 2024

AL FILO DE LA NAVAJA

             Todos vivimos al filo de la navaja, oí en Chicago Med.

 

            Pero no la vemos, nos negamos a saberlo, como protección contra el pesimismo, supongo.

 

            Hay cosas en que es mejor no pensar, es mejor ignorar para sobrevivir de mejor manera.

 

            Nos levantamos, eso lo sabemos con seguridad (al menos en el momento de ejecutar el acto), y si nos levantamos, me digo. Y desde ahí está presente pero invisible el filo de la navaja y como es invisible no lo vemos o preferimos no verlo, para qué sufrir por anticipado?

 

            Definitivamente es mejor no ver ese filo, porque sin saberlo, vivimos mejor. 

Las cosas se acaban mucho antes del epílogo. [1]

Tomado de facebook
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[1] Un millón de gotas. Víctor del Árbol Romero.

viernes, 13 de diciembre de 2024

ESTUPIDEZ PERIODÍSTICA?

             En unos pocos días, revisando las noticias, me encuentro que son noticia una serie de estupideces realizadas por los famosos influencers que uno termina pensando hasta dónde la tecnología ha convertido en héroes (entre comillas) a una serie de personajes a los que se les apareció la virgen, que se creen moderadores de la actualidad y que hicieron plata porque una serie de personas, más estúpidas que ellas (seguidores y entre comillas) les alimentan con solo seguir a esos vagos que lo único que hacen es estorbo a la humanidad en vez de producir.

             Como se ve, mi mala leche gobierna mis pensamientos cuando se trata de todos estos influencers (que ni siquiera se merecen las comillas), pero no sé si resultan más estúpidos los periódicos haciendo de unas bobadas (por no decir güevonadas, por aquello de eufemismos) un noticionón, como si afectaran la vida social de un país (aunque en últimas lo afectan al reflejar la estupidez humana).

             Y he aquí algunos titulares que sinceramente me ofenden (sé que en la edad periodística han existido las notas de la sociedad, de los chismes, pero ahora sí que se pasan de la raya).

             Quiénes son la tal Epa Colombia, la liendra (que como su nombre indica es el huevo de un piojo, es decir, un parásito completo), cosio, jara y el resto de elementos que, sinceramente, no le sirven a la sociedad, pues, como buenos influencers son simplemente parásitos de ella y como carecen de educación y de conocimientos, simplemente son eso.

             Y con ellos las noticias: liendra, epa y cosio (es que tampoco se merecen la mayúscula en sus nombres), son evasores fiscales[1]. Y la jara, no sé si sea bonita o no, presumiendo de sus tratamientos por estar superhinchadita (por no decir gorda, por no decir obesa, cuestión de eufemismos)[2]. Y que la tatiana se quitó una falsa teta por inspiración celestial (quién lo pudiera creer, pero…)[3]. Y que otra tontarrona ha vivido toda la vida con un tumor en la cabeza (sobra el comentario porque se da por entendido)[4]. Que el hijo de otra tontarrona, con plata supongo, hace alardes de su bebé comiendo buñuelo (como gran cosa…)[5]. Y que una tal andrea haciendo beneficencia tapaba cosas que mejor no revelar (hasta tramposos son)[6]. Que becky estuvo en concierto y sacó unos pasos prohibidos; y que la segura hizo una fiesta para anunciar el sexo de su bebé y que la liendra estuvo presente (para parasitar, supongo). Y que la jessica es cristiana pecadora o yo no sé qué. Y que la ana lucía le presentó el mar a su hija de unos meses de vida (como si lo fuera a recordar). Y que la aida le pegó gel a yo no se quién. Y no sigo porque las noticias son como vomitivos. Y que la hermana de la legarda dio un sí matrimonial fácil (supongo que ya recorridita la niña).[7]

             Y todo eso hizo noticia, lo que demuestra la pobreza periodística de este país y no es que no haya noticias, las hay y en cantidades alarmantes, robos, homicidios, guerrilla, ladrones (incluidos los de palacio), tanto para llenar el amarillismo que nos caracteriza.

             Esa es la tristeza que da este país, influenciado ahora por una mano de parásitos y vagos que se mantienen gracias a tener seguidores estúpidos, pero esa es la ralea que nos acompaña y que a la vez permite sacar toda mi mala leche (en otra época diría mi puta piedra, pero el eufemismo me puede), para aliviar la carga que debo soportar con semejantes noticionones. 

Ante sus ojos el mundo se reproducía con la cotidianidad de siempre, inalterable. Dentro de mil años, pensó, las cosas no serían muy diferentes a cómo eran ahora. Otras gentes, ataviadas de otra manera, correrían del mismo modo entre el tráfico, hablarían en los semáforos, o pasearían con la misma cara de preocupación o de alegría. Un mismo presente inmutable donde unos entraban y otros salían como parte de un acuerdo tácito entre la Vida y la Muerte. Después de todo, se dijo, ella no era tan especial como se creía. Solo era una partícula más de aquel extraño y a veces desquiciante universo.[8]

Tomado de Facebook
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[8] La tristeza del samurái. Víctor del Árbol Romero.


miércoles, 11 de diciembre de 2024

ENERGÍA OSCURA

                 Estaban hablando de la edad del universo y de la energía oscura que le envuelve y cómo los grandes cerebros de la física y la astrofísica están concentrados en determinar la edad del universo (léase bien, la del universo, no la de este humilde planeta que al parecer ya está calculada 4.600 millones o al menos eso es lo que dicen, año más, año menos), supongo que esperando encontrar día y hora precisas en que ocurrió el big bang, pues para ellos parece que es muy importante.

                 Y señalaban que era más difícil porque el universo no era estático sino que estaba en expansión y entre galaxia y galaxia los espacios eran llenados por energías oscuras [1]que abarca todo el espacio que no está ocupado por objetos siderales, planetas, satélites, entre estrellas entre sí, con gravitones que entendí que era la fuerza gravitacional que mantiene el universo en la forma como está.

                 Algún despistado puede pensar que sé de lo que estoy hablando. Pero ni idea, ni siquiera entiendo lo que estoy escribiendo, solo quería dejar un contexto que no entiendo -porque en matemáticas soy una nulidad, cómo lo seré en física o en astrofísica, nunca pude pasar del (a+b)2 en álgebra y menos qué quería decir y para que podía servir esa fórmula-.

                 Toda esta disquisición va dirigida a señalar que para qué carajos nos sirve poder determinar los años de vida del universo y cuál su fecha de nacimiento, (o será importante para saber cuándo cantarle el feliz cumpleaños?). En la vida diaria y en la realidad de nuestro entorno (yo y mi circunstancia diría algún filósofo) y de cada día, con sus propias angustias, para qué carajos, repito, necesitamos saber eso, si la preocupación diaria se limita a pensar cómo tener para comprar el pan del desayuno, superar las angustias diarias, ya que con eso es suficiente para agobiados.

                 Y por ello me pregunto nuevamente si vale la pena saber la edad del universo y como para qué y es más, sabemos -según lo han predicho los que saben- que este planeta Tierra desaparecerá dentro de 5.400 millones de años (no sé si luz o sin ella), es decir a la vuelta de la esquina (ahorita diría cualquier desprevenido), según se quiera ver. Aunque lo que es cierto es que si seguimos como vamos, la extinción de los seres humanos será de aquí a unos quinientos años (no luz, sino humanos), siendo optimistas.

                 Concluyo entonces. Con toda esta información, para qué perder el tiempo en conocer el cumpleaños del universo si tal angustia no haría parte de la realidad actual, , lo que hace que ante la confusión de la pregunta, que no se sabe si está bien formulada para obtener la respuesta adecuada, lleve a determinar que este escrito esté tan confuso como la vida misma, que lleva en ambos casos a preguntarse y todo para qué o vale la pena? Así demuestro la pérdida de tiempo que un simple terrenal como yo condujo e indujo a otros y todo quedó tan oscuro como una energía maligna incitadora a la duda, supongo que me inundó esa energía oscura que abarca todo el universo. 

Tal vez, de todas las paradojas, la más trágica y absurda sea que queramos seguir viviendo, aunque nunca acabaremos de entender para qué.[2]

Tomado de Google


[1] En cosmología física, la energía oscura es una forma de energía​ que estaría presente en todo el espacio, produciendo una presión que tiende a acelerar la expansión del universo.​ Wikipedia

[2] Nadie en esta tierra. Víctor del Árbol Romero.


lunes, 9 de diciembre de 2024

CALVARIO

                 Cada familia tiene su propio calvario, por regla general, aclaro.

 

                Si no se expresa, no se conoce. Las cuatro paredes limitan el pensamiento colectivo, la expresión, impiden el conocimiento. Allí se enclaustran los sentimientos, positivos o no tan positivos. Y a pesar de las cuatro paredes, cada uno tiene su propio calvario, a pesar de ellas. A pesar de quienes le rodean.

 

                Cada familia tiene su calvario y no es cosa para compartir.

 

                Por eso solo se divisa movimiento en la distancia de una ventana, pero no se logra, generalmente, descubrir el sentimiento por el que se atraviesa.

 

                Divagaciones que solo puedo hacer frente a una ventana que da contra otras ventanas vecinas, elucubraciones que solo puede hacer un viejito aburrido.

 La calle y el edificio de Rossi eran más bien anónimos. «Envueltos en un aura de tristeza», me dije. El piso, sin embargo, era completamente normal. Un lugar de una serenidad banal. Al entrar pensé que no parecía el hogar de quien había vivido una tragedia.[1]

Tomado de Facebook
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[1] Testigo Involuntario. Gianrico Carofiglio.



viernes, 6 de diciembre de 2024

SERÁ CIERTO?

                 Unos artículos de prensa[1] me llamaron la atención. Uno titulaba: En Colombia, 44.5 mujeres mueren por cada 100.000 nacimientos positivos durante el parto. Otro: Cada 2 minutos muere una mujer por cáncer de cuello uterino: conozca cómo prevenirlo.  Noticias de un solo día.

 

                La cuestión son las estadísticas. La otra es que soy muy malo para estadísticas y para los números, en general. Soy simplista de pensamiento pero eso me llevaba a pensar que hay artículos científicos, seudocientíficos, de prensa, de estadísticas estatales en los cuales se llegan a conclusiones como las enunciadas, que cada tanto tiempo muere cierta cantidad de personas. Si sumáramos todas esas cifras y teniendo conocimientos matemáticos, que resalto no tengo, uno podría calcular cuándo van a desaparecer las mujeres de la faz de la tierra, según esa información y supongo que sería dentro de muy poco pues si cada dos minutos muere una mujer ya podrán obtener el respectivo resultado si saben de matemáticas o al menos tienen una buena calculadora, cosas de las que carezco.

 

                Pero lo importante es la noticia, lo importante es asustar, no importa si en últimas resultan falsas como creo evidenciar de mis pocos conocimientos (dado que de ser así cada hora mueren 30 mujeres, en un día 720 y no sigo para no terminar mareado). Pero son noticias de relleno, supongo y de periodistas con un dedo en la frente, nada más.

 

Por eso insisto que las estadísticas no lo son todo, pues verdad y gracia decía un viejo grafiti que conocí: La mitad de uno: el ombligo.

 

Solo quiero decir,

lo que quiero decir.[2]

lunes, 2 de diciembre de 2024

JUSTICIA TRANSICIONAL

                 Bonito nombre, la justicia de la verdad, lo llaman otros. Estupidez llamo yo a todo eso, y JEP (justicia especial para la paz) incluida. Me pregunto para qué ha servido además de haber levantado más odios, más mentiras, más codazos…

                 Viene funcionando desde 2018, es decir ya lleva siete años en funcionamiento. La curiosidad me llevó a ver el presupuesto que tenía la JEP para cada año y hasta el momento se han gastado (por no decir que se han botado) $2.7 mil millones (ya olvidé cómo contar desde que llegamos a hablar de billones) que es mucha plata y cuyo resultado es tan pobre que solo ha levantado más odios, más mentiras, se han colado un montón de vivos y no sigo, porque ya da pena ajena. El solo sueldo de un magistrado es de dieciocho millones mensuales, sin contar las arandelas, viáticos y demás y con eso ya puede verse que son dieciocho sin contar los auxiliares y demás burocracia.

                 Y me pregunto cuántas cárceles se pudieron construir (porque el problema es que la delincuencia sigue creciendo), cuánta plata pudo cubrir el déficit de la salud, por citar dos ejemplos, nada más.

                 Y ni hablar de la verdad perseguida por ese tribunal. Cuál? Eso me pregunto. Porque lo que ha servido es para echarle el agua sucia al otro, inventar delaciones, victimizar a los declarantes, lavarse las manos, declarar el sentido pésame por la acción cometida y hacer todo un mea culpa con el fin de salir bien librado.

                 Para qué ha servido? Me sigo preguntando, a pesar de que su bandera es para satisfacer los derechos de las víctimas a la justicia, ofrecerles verdad y contribuir a su reparación, con el propósito de construir una paz estable y duradera. Satisfacer los derechos de las víctimas y de sus muertos? Cómo se hace eso? Ofrecer verdad, si todo gira precisamente para que no se sepa con esa lavadera de manos. Ofrecer la verdad, ese eufemismo sí que me gusta, ya me gustaría conocerla. Así se construye la paz? Cómo decirle a una madre que sus hijos asesinados fueron el pilar fundamental para la construcción de una paz que en este país es cada vez más endeble y babosa, especialmente en estos tiempos, en donde todos los vagabundos que han entrado a la JEP terminan siendo nombrados consejeros de paz (que entre otras les levantan las órdenes de captura y se vuelven inviolables), asesinos que diseñan estrategias para la defensa de los derechos humanos y la no violencia, eufemismos que hacen vomitar a cualquiera, pero así es. Guerrilleros que se victimizan cuando les conviene y cuando no tiran directamente a la yugular.

                 Este país debe ser muy rico desde que a pesar de que lo viven robando, bota plata en cuestiones inútiles y aún así pervive. Por eso no vale la pena seguir profundizando, pero lo que es cierto es que nadie perdona y olvida gratis.

                 El país del sagrado corazón. 

Pero es frustrante. La paciencia es una virtud, pero, como la mayoría de las virtudes, es también una carga.[1]

Tomado de Facebook


[1] El cártel. Don Wislow.


viernes, 29 de noviembre de 2024

LA LEY

                 La ley, por principio debe ser justa, o eso es lo que creería cualquier persona. Naturalmente son meros sueños que como sueños, sueños son.

                 Y cuando es copia de otro sistema, totalmente diferente como es el inglés o el gringo respecto del nuestro, hacen de él una copia odiosa.

                 Pienso en un ejemplo. Existe un pícaro robando dineros estatales, directa o indirectamente (pidiendo su tajada, adjudicando a su amigo y demás variedades posibles). Por cualquier circunstancia que el hecho llega a oídos de la justicia (porque lo delatan, por denuncia o porque por incumplido sus compinches lo soplan) lo cogen (en flagrancia o con pruebas que lo delatan) y con pruebas suficientes, repito, qué sucede? Antiguamente terminaba clavado y medianamente rápido. Hoy, el pícaro confiesa y dice que se arrepiente (cuando no dice que no sabía) y con eso ya de entrada tiene una rebaja de la pena; además promete (digo promete) que va a devolver todos los dineros ilícitos, no todos pero alguito porque tiene que guardar para el futuro y los gastos de abogados y sobornos, para colmo de males y con eso obtiene otra rebaja adicional; denuncia a sus cómplices (a pesar de que generalmente es también el autor intelectual) y con eso obtiene otra rebaja, con lo cual ya lleva un buen camino recorrido y si tiene un abogado perro (nótese que no digo un buen abogado) al que le pueda pagar lo que cobra (no importa si el pago de honorarios se hace con plata ilícita, ya que ese es un detalle menor, para ese abogado), de esos letrados que saben cómo se dilata un proceso, por cualquier medio, legal o ilegal, para obtener arresto domiciliario o encierro en una base militar (por las conexiones del delincuente o del abogado que sabe subir adecuadamente los honorarios). Si a eso se le suman los acuerdos anticipados con la fiscalía, obtiene otra rebaja de pena, sitio de reclusión, etcétera, etcétera por lo que la pena se va diluyendo notoriamente, sin mencionar las posibilidades de dar con un juez caritativo (de aquellos que abundan, que arreglan todo, ya sabemos a qué nos referimos, aquí sí cabe el eufemismo), que eventualmente puede declararlo hasta inocente (como el caso que hace poco declaró inocente a un diplomático que llevaba en la maleta una buena cantidad de droga pero argumentó que no era de él sino que se la pusieron…)

                 De esta manera, con el llanto en mis ojos y el corazón compungido llego a la conclusión de que ser hampón sí paga, pues con lo robado alcanza, como dije, para pagar honorarios y otras costas, para aceitar la maquinaria de la justicia, devolver un poquito de lo robado y le sobra para continuar con su vida, tal como se ha visto en los últimos tiempos e igualmente demuestra que la ley no es justa y que además, las malas copias no resultan buenas para todos.

                 Esta es la sensación de mal sabor que me ha quedado en casos como el de los Nule, el del exalcalde que murió en la cana (al menos eso hizo bien), el de la unidad de riesgos y otros tantos, que mis ojos llorosos y mi corazón compungido reconocen que este es el país que me merezco, por güevón, claro está. 

… le encanta exponer sus ideas oralmente. Las palabras cobran vida cuando se pronuncian.[1]

Tomado de Facebook
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[1] Las garras del águila. Karin Smirnoff.

miércoles, 27 de noviembre de 2024

DE QUÉ ME ARREPIENTO

                Había sugerido un listado de lo que me molestaba. La semilla quedó sembrada y por cualquier razón, por desocupado supongo, me dio por pensar de qué me arrepentía en la vida. Cambié la molestia por el arrepentimiento, para ver hasta dónde llegaba.

                 En mi cabeza empezaron a surgir las diversas etapas de mi vida, especialmente la ocurrida después de la adolescencia -iba a decir que de mi madurez inicial pero algo me dijo que si alguna vez maduramos, partiendo de la base de que me refiero a un período de mi vida, madurez podría no ser un término preciso-.

                 Y pensaba con esto si valía la ,pena hacer un listado de las cosas por las cuales me arrepentía, no sé si ya en mi madurez, si es que algún día maduramos.

                 Porque el listado de cosas (no de arrepentimientos) podía ser tan larga como el listado de las que me podían molestar y dejé por unos momentos divagar mi mente -con lo difícil que me cuesta- y pasaron muchos años por mi mente, pasaron situaciones con su consiguiente circunstancia y pasaron por mi recuerdo casi cincuenta años de mi vida, en las que sucedieron cosas que pudieran llevar a considerar que ameritaban el arrepentimiento, tantas cosas que pasaron…

                 Sí, tantas cosas pasaron, como han pasado los años y ya en esta vejez me veo rodeado de recuerdos, un listado imaginario hice respecto de cada uno de ellos que por mi misma expresión expresaba rechazo, resignación y una que otra pícara sonrisa que a las claras me delataban y que claramente decían que no había arrepentimiento alguno, porque los goce.

                 Como sea, todo este discurso me llevó a pensar que sería tiempo perdido si me ponía a hacer tal listado -igual que el otro propuesto-, por una sencilla razón, para bien o para mal, las situaciones se presentaron, sucedieron las cosas y ya hoy sería como llover sobre mojado, pues qué interés habría para ponerle el calificativo de arrepentimiento, si lo pasado pisado y hoy solo puedo pensar en ello como una experiencia más de vida y mal podría arrepentirme hoy de la vida que hasta el momento he llevado.

 

pero nunca había sido muy expresivo ni muy dado a las muestras de cariño; él venía de una época en la que los gestos se economizaban: pocos besos, pocos abrazos.[1]

Tomado de Facebook
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[1] Por encima de la lluvia. Víctor del Árbol Romero.