lunes, 27 de mayo de 2024

ARACATACA ESPERA

                 Una canción que armó el tierrero. No le había parado bolas a la noticia, me parecía intrascendente, hasta que empezaron a salir memes defendiendo o criticando a los personajes del cuento. Encontré el resumen de todo en lo siguiente: La canción titulada “Aracataca Espera”, le hace ciertas críticas al fallecido escritor, “Al escritor García Márquez hay que hacerle saber bien que uno la tierra donde nace es que debe querer y no hacer como hizo él que su pueblo abandonó y está dejando caer la casa donde nació”, dice su letra[1].

                 Un tema sensible y como leí por ahí en alguna respuesta:

 

 Me dio por terciar en el tema.

                 Toda verdad tiene dos caras y hasta tres (la mía, la suya y la verdad verdadera, leí en alguna oportunidad). Y eso de la nacionalidad las tiene igualmente, el que se fue, se fue y debe estar agradecido del lugar que le acogió y que le está manteniendo y más cuando ha obtenido la ciudadanía correspondiente, si lo logró y si así lo quiso no pretenda orinar en tricolor con lágrimas cada vez que oye de su país de origen, pues de ser así debería estar en él y no añorándolo, pero como somos así, al menos los colombianos que si no estamos criticamos y si estamos, también, no hay de otra.

                 El sabor que siempre me quedó de García Marquez era que su mentada Aracataca, pueblo ínfimo y olvidado de la costa, como tantos otros de este país, subió a la mente por el solo hecho de que el escritor hubiera nacido allá, pero nada más, no da para otra cosa para pasar a la historia, si he de ser sincero. Un incidente histórico nada más, histórico porque allá nació un Nobel, pero de resto no pasa de ser, como dije, un pueblo mísero propio de la costa. (Ya sé que más de uno se va a ofender, dirá que soy un blasfemo, pero las cosas como son).

                 Armar todo un problema por una canción, dos cantantes y un escritor, cuyo tema resulta a la larga intrascendente, armar toda una polémica que no lleva a ningún lado, seguidores y fanáticos los habrá en ambos lados y ambos pueden tener razón, puede que no la tengan, pero a la larga, a quién le importa si eso ni quita ni pone a la vida de cada cual, aunque lo importante es armar un mierdero para ver qué pasa y de paso distraer a la gente de asuntos que resultan más importantes.

                 En conclusión, así somos los colombianos, pendejos a más no dar. 

Viéndolo chapotear en el agua, nadie diría que era toda una celebridad; que todo el planeta estaba pendiente de cada uno de sus movimientos; que las potencias mundiales temblaban ante él. Y pensar que era uno más, como cualquier otro.[2]


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