miércoles, 1 de mayo de 2024

DEFINICIÓN

             Una pregunta a mansalva: Quién eres?

 

            Uno nunca está preparado para responderla, por timidez, por sorpresa, porque no haya nada qué decir.

 

            Y tiene varios contextos:

 

            De joven se solía uno identificar por la familia de donde provenía. Hijo de fulanito y zutanito y se citaban los pergaminos consabidos.

 

            Para la actuación de conseguir un trabajo: se mencionaban los estudios, los trabajos, los logros, se procuraba venderse lo mejor posible.

 

            Si de médicos se trata se comienzan con las dolencias, las operaciones realizadas, los síntomas y cosa curiosa, los antecedentes familiares, por aquello que lo que se hereda no se hurta.

 

            Si es conversación de amigos la respuesta es simplista: soy yo. El resto se da por sobreentendido.

 

            Y si a estas alturas de la vejez se le pregunta a uno, qué puede decirse? El máximo logro es ser un sobreviviente y pensionado, no hay más qué contar. A pesar de que cada quien tiene su propia historia, la que no se cuenta, la que debe ocultarse, la que da simple pereza contar, porque en últimas quién es uno?

 

Es curioso lo poco que queda de nuestras vidas cuando se resumen, cuando han empezado a convertirse en historia. Un puñado de hechos, movimientos, conflictos; es todo lo que ve el observador. Un cascarón deshabitado.[1]

 

A fin de cuentas, supongo, no era tan diferente de la forma en que todos creamos nuestras vidas con retazos, un trozo de libro por aquí, el título o el texto de una canción por allá, reminiscencias de personas que hemos conocido, fragmentos de películas; imaginándonos a nosotros mismos y viviendo según esa imagen, y luego pasando a otra y luego a otra, improvisando y avanzando día tras día a través de los años que llamamos vida.[2]

Tomado de Facebook
438215770_6690842371018356_207466390125134620_n



[1] El tejedor. James Sallis.

[2] El tejedor. James Sallis.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario