Cuándo
dejé de pensar en lo que quería, en lo que deseaba, en lo que anhelaba mi vida,
en mis deseos, en mis sueños.
Porque
esos eran momentos que se tuvieron de joven, dicen. Soñar con ser alguien
(aunque no sé qué significado tiene hoy, hoy es tan vacío… tal vez como lo fue
ayer); soñar con tener cierta preeminencia, algo de trascendencia, ascender,
prosperar, elegir, pensando en los años que se tenían por delante, por lo que
podían alcanzarse en medio de la espera.
Cuándo
dejé de pensar en lo que quería, me pregunto ahora que ya no se tienen esos
sueños, esos anhelos, esos deseos, porque ya quedaron atrás, evaporados en el
tiempo, porque ya no son posibles, al menos con la fuerza que se tuvo en la
misma juventud de lejana soledad.
Cuándo
dejé de pensarlo, me pregunto ahora, cuando ya es inútil pensarlo, porque esos
años pasaron sin darme cuenta, como todo en la vida, fue sin darme cuenta,
inexorable paso del tiempo.
Aunque
también me pregunto si alguna vez realmente tuve esos deseos o al menos esos
pensamientos, o es una mera imagen de algo que me hubiera gustado pensar en su
momento y solo es pensamiento “consumido en la fiebre de la nostalgia”.
—¿Y luego?
—No lo sé. Llevo toda la vida pensando en el
antes. No estoy acostumbrada a pensar en el después.
—Ya, pero para
nosotros los viejos, la edad se detiene en ciertos momentos.
Alguien dijo que no son los sueños que no se
cumplen los que vuelven la existencia inútil y estúpida, sino los que no se
tienen. Siempre me ha gustado esta frase.
—Preciosa. Me recuerda otra que dijo Clint
Eastwood en Los puentes de Madison.
—¿Cuál?
—«Los viejos sueños eran buenos sueños. No se cumplieron, pero me alegro de
haberlos tenido».
Tomado de Facebook
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Carobloguero: algunas vicisitudes propias de la incertidumbre de futuro, mejoran con “comillas/comidillas”; aquellas propias de lo que llamas la “fiebre de la nostalgia” son propias de una “indigestión metabólica” con el pasado, para lo cual algunos sabedores han prescrito (y aconsejado a Mafalda), hacer más turismo por fuera de la aldea. Y eso debe hacerse antes de que la joroba del signo interrogativo, sea irreversible.
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