viernes, 2 de agosto de 2024

FRASES OBSCENAS

                 Ahora en el mundo del reality, de la competencia, del pobretiarse para ganar, del victimizarse para obtener un pobrecito para buscar ganarse un premio inmerecido, se está abusando de las palabras, convirtiéndolas en frases que resulta obscenas, baste mirar esos shows y realitys que ahora abundan en la televisión, de todo y para todo.

                 Estaba viendo un programa, creo que se llama competencia en el mercado o algo parecido (en H&H); una de las concursantes iba además de vistiendo estrafalariamente (propio de los gringos de clase menos media negra pero arribistas creyéndose superiores si nos vamos quitamos el eufemismo) con unos colores, que ni sigo. Entre ellos sobresalía el violeta o morado (o color semejante, pues ahora con la variedad de colores existentes ya uno no sabe de qué se habla). Y la presentadora le preguntó por el morado y ella muy oronda, con voz cansina, mirada triste y medio moqueando (con ridícula pantomima para mayor señal) decía que era en homenaje a mi papá, que murió hace tres meses, de cáncer de páncreas. Ridiculez más grande y estupidez adicional, me dije en medio de mi piedra.

                 No es una estupidez esa frase de manipulación? Es una forma de victimizarse, de pobretiarse para que piensen: Pobrecita… y de esa manera manipular audiencia. Muy original, muy usual en concursos gringos que ahora, por la copia, hemos mal importado (como se importaban productos chinos hace muchos años y recuerdo su mala calidad, no muy buen símil, me digo, pero sí diciente, me agrego para mi consuelo).

                 Lo corriente ahora es pobretiarse cuando se requiere de un favor. Es que mi papá, es que mi maridito, es que mi niñito, todo para pasar como mártir, como víctima que solo busca, como dije, lograr algo para su propio beneficio. Eso se llama estupidez, es obsceno y además de ridículo un abuso del prójimo (de buena fe, diría).

                 Estúpidos y mil veces estúpidos y lo más seguro en su tributo a su papito, esposito o niñito se escondía un hamponcito o una persona que no resultaba ser una buena persona, solo manipulación.

                 Por eso sigo pensando que esos tributos son solo estupideces mal copiadas, que solo reflejan el grado de estupidez en que hemos caído (o de viveza, según se vea), qué ridículo, qué ridiculez, sentencio.

                 He dicho (aunque hacía rato que quería decirlo, si he de confesarlo y poder sacar mi mala leche sobre el asunto, como se pudo apreciar).

 

Se pueden escribir las palabras más duras con total impunidad. Y cualquiera puede retomarlas, también con total impunidad.[1]

Tomado de facebook
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[1] La disciplina de Penelope. Gianrico Carofiglio.


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