A algún comentarista medianamente culto le oí un
comentario sobre el cónclave que decía que dado que el espíritu santo estaba
presente en él y señalaba al candidato sucesor, la ceremonia en sí misma
sobraba y bastaba con que el espíritu, de alguna manera, señalara al elegido y
evitaba un engorroso proceso o lo engorroso que el mismo podría ser.
Me hizo reír, he de confesarlo, pero viéndolo de forma
realista y fría, de acuerdo a los cánones católicos en la reunión estaban los
más sabios y santos del planeta, cuestión que naturalmente no comparto, y
siendo la fe el bastión de ellos, cuya premisa sagrada es que el espíritu santo
es la tercera divinidad de la trilogía, era evidente que sobrara la reunión de
elección, bastaba el señalamiento y sanseacabó.
Podría parecer que confían, tal vez en el espíritu santo
mas no en la santidad de los hombres allí presentes. Lo curioso es que deben
hacer dos juramentos sobre el mismo tema, como si uno solo no bastara, parece
que hasta allí llega la confianza entre ellos. Uno colectivo y otro personal,
lo que hace concluir que no es posible confiar en un cardenal y eso me lleva a
pensar que ni espíritu santo ni juramento doble valen dentro de la Sixtina.
Son tan humanos que todos juran no querer ser papas,
ponen cara de circunstancia, de humildad pero lo que pasa dentro del claustro
parecería todo un circo romano, es una pelea por poder y todos contra todos,
valiendo todos los artificios posibles.
Eso me llevó a acordarme de la película Cónclave, muy
ilustrativa y buena la película con un buen final. Allí prevalece el juego
sucio y en ella se dicen de todo y se recuerdan los pecados ajenos.
El cónclave deberían televisarlo, como un reality, para
uno divertirse a costa de los purpurados. No sería una mala idea, me digo. Y
como Dios está en todas partes, el espíritu santo, como jurado, podría tomar
una mejor decisión, me digo.
Tomado de Google
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... olvidaba que todas las actividades humanas, incluso las más nobles, tienen algunos aspectos risibles.
(Cita del libro Memorias. El ladrón en la casa vacía. Jean-François Revel)
Habrán algunos cerca de la santidad pero otros ..............
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