lunes, 17 de octubre de 2016

EXCUSAS

La gente no busca razones para hacer lo que quiere hacer, 
busca excusas.

Somerset Maugham

Tal vez mi generación sea la de las excusas, o tal vez sea solo la sensación de que es ella, porque fue la que me tocó.

Para todos las hay, para todos los gustos.

Por el lado paterno nunca funcionaron, al parecer había un tácito acuerdo no escrito sobre las excusas. Con él ni intentarlo!

Fuimos la generación del fueque, o al menos al parecer eso parece. La respuesta que excusaba se iniciaba siempre con un fue que, que dicho en la rapidez para salir del problema se acortaba, acortando la distancia entre ambas palabras y fueque, sin saberlo iniciaba una exculpación que tenía como trasfondo otra verdad.

Recuerdo a algún amigo del colegio, creo que del último, que contaba que la mamá siempre los descubría, porque empezaban la oración, no de expiación sino de aparente exculpación, con un fueque y siempre caían, una y otra vez, a pesar de estar advertidos.

Un fueque exculpatorio, aparentemente, evasor, sacaculista, si se quiere. Nunca teníamos la culpa, pero teníamos todas las excusas del mundo, para favorecer nuestra ineptitud, nuestra ignorancia y hasta nuestra arrogancia.

Y como estamos exculpando por lo que somos, en mi caso, dos ingredientes adicionales y ambos celestiales. Educado por jesuitas y fuera de eso capricorniano; es decir, si no la gano la empato, así sea con excusas. Excusas insulsas, increíbles, insípidas e inútiles, pero pretendiendo ser exculpatorias.


Qué arrogancia la de uno.

Prefiero molestar con la verdad
que complacer con adulaciones.
 Séneca

Foto: JHB (D.R.A.)

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