miércoles, 12 de octubre de 2016

IDEAS SUELTAS


En lista tenía varios temas, pero se fueron acumulando los artículos originadores, lo que me lleva a condensarlos lo más posible, dejar la idea y ver si en el futuro vuelvo sobre ellas y amplío mi opinión, mi burla, mi desprecio, según el estado mental en que me encuentre. Uno nunca sabe.

     1.     La conspiración[1].César Rodríguez Garavito  (…)
La industria del azúcar se confabuló con tres profesores de la Universidad de Harvard para silenciar la evidencia creciente sobre los daños que el azúcar produce sobre la salud (…)
No es una estrategia del pasado ni sólo de la industria y la academia estadounidenses (…)
La otra cara de la conspiración del azúcar, como la llamó The Guardian, consiste en silenciar a los científicos y los ciudadanos que cuestionen el mensaje de la industria.

La manipulación siempre ha estado viva a través de los siglos, recordar que era buena la gasolina y las pinturas con plomo, que el triclosan no hacía nada y cada día éramos envenenados, no solo por la publicidad consumista, sino porque las grandes empresas sobornaban a quienes debían decidir sobre su utilización (léase si se quiere la Sancta Sanctorum de la FDA, que certifica y descertifica a conveniencia y pensar que media humanidad se arrodilla a sus consejos, menos los muertos que ya han sido enterrados!).

Y la ironía me la encontré:

Y, entonces, el productor original de la eflornitina (la farmacéutica estadounidense Marion Merrel Dow, luego Hoechst Marion Roussel) decidió interrumpir la producción porque no era rentable. Los médicos africanos tuvieron que seguir envenenando a sus pacientes con el derivado del arsénico.
Y, para rematar, la producción de eflornitina se retomó sólo cuando se descubrió que impedía la aparición del vello facial. No había inyecciones para los enfermos, pero había cremas para las coquetas[2]. 

2.      Basado en la teoría de juegos. La mayoría de personas son envidiosas

Un experimento social realizado con más de 500 personas reveló cuatro personalidades: pesimistas, optimistas, confiados y envidiosos. Este último grupo es el más numeroso.
Los envidiosos, a los que no les importa la ganancia obtenida siempre que sea superior a la de los demás, son el grupo mayoritario, con un 30 %. Los optimistas (20 %) deciden pensando que el otro va a escoger lo mejor para ambos. Los pesimistas (20 %) eligen la opción menos mala porque creen que el otro los fastidiará. Por último, los confiados (20 %), cooperan siempre, son colaboradores natos: les da igual ganar que perder. Existe un quinto grupo indefinido, formado por el 10 % de los voluntarios, que el algoritmo no pudo clasificar porque no responden de manera determinante a ninguno de estos patrones.[3]

Somos tantas cosas y lo mejor de todo, es que somos tantas cosas malas, que no deberíamos ser animales sociables –carroñeros-, deberíamos ser carroñeros solitarios para que no saliera la mala leche que en general gobierna nuestros sentimientos. El colombiano mata y come del muerto, está comprobado, como lo está aquello de que somos de los países más felices del mundo y por tanto debemos reírnos, hasta de nuestra forma de ser? Otra triste ironía. Sin olvidar adicionalmente que Cochise lo predijo hace mucho tiempo, los colombianos nos morimos más de envidia que del corazón.

3.      Estraval y Elite: La nueva gran estafa


Después de los escándalos de InterBolsa estalla un millonario desfalco financiero que tendría comprometidos 1,5 billones de pesos. ¿Cómo se llegó a este nuevo desastre?[4]

Acababa de ver la película La gran apuesta (en inglés: The Big Short), muy buena sobre el descalabro financiero de años recientes en hipotecas y demás. No hace mucho, el lobo de Wall Street, Wall Street 2 y otras tantas cuyo nombre no recuerdo. Dos cosas para mencionar que me generan malestar (mala leche, dirá alguno con razón). 1) Dentro de mi simplismo, nunca he entendido cómo una bolsa de valores, que no genera ningún producto mercantil palpable –fuera de papeles, aclaro- puede generar una crisis –y no pasa nada, claro-. Coltejer quebrada y seguían vendiéndose acciones en Interbolsa, un ejemplo. 2) Siguiendo con mi simplismo. Colapsa la economía y no pasa nada, unos cuantos a la cárcel, uno que otro suicidio extremo –que les vaya bien!- pero los grandes siguen tranquilitos –Deutsche Bank, por ejemplo-. Como dijeron los de Interbolsa, nosotros no somos ladrones, no nos traten como criminales! Para eso contribuyen en las campañas políticas.

Ironía. 1) Nos clavaron el neoliberalismo cuando en los primeros países que lo impusieron habían visto ya el fracaso del sistema. Gracias Gaviria y su jardín (el que con niños se acuesta...). 2) Acaban de anunciar el fracaso pensional privado en Chile, el cual copiamos de ellos hace como 20 años porque era lo mejor del mundo y ahora Chile vino a copiar el modelo de Colpensiones (antes Seguro Social)!

              4. Hacer humor en tiempos de lo políticamente correcto[5]
El humor hiere cada vez más susceptibilidades y mucho más en tiempos de gran polarización, donde todo puede ser malinterpretado. ¿De qué reírse? (…)
De un tiempo para acá pocos se atreven a decir en público palabras como ‘negro’, ‘marica’ o ‘indigente’. El lenguaje de lo políticamente correcto dice, por ejemplo, que a los pobres ahora hay que llamarlos ‘población en condiciones de vulnerabilidad’. Un chiste de pastusos, enanos, cojos o ciegos constituye una ofensa mayor: podría atentar contra la dignidad de las minorías o de los discapacitados. Y de política ya no se puede hablar porque o se es castro-chavista o se es fascista. Es tal la presión que hasta en WhatsApp está de moda usar emoticones de piel trigueña o negra para sentirse incluyente. (…)
Internet se convirtió en un espacio donde la gente quiere demostrar qué tan buena persona es al aprobar y desaprobar conductas mediante el ‘me gusta’, el retuit, los emoticones y el comentario. Pero así como promueve valores como la tolerancia y la libertad de expresión, ha agudizado los odios y banalizado cosas tan graves como amenazar a alguien de muerte.
(…) “Hemos llegado a un punto en que negamos la realidad misma de las minorías para evitar herir susceptibilidades. ¿No es peor eso?”.Matador. (…)
El lenguaje, por ende, no es el problema. “Uno puede decir negro, indigente y enano. Lo que no puede es hacer el chiste fácil burlándose de su condición”, afirma Betto, caricaturista de El Espectador. “Mucha gente me critica por cómo describo a los personajes de mis columnas, pero creo que los chistes físicos, más que evitarlos, hay que destilarlos”, añade Samper Ospina. (…)
Si la corrección política es una fachada para hacer creer a las personas que son mejores o para ocultar sutilmente cuestionamientos necesarios, es incierto. (…)
La tolerancia que hace años promovía el humor por simplemente ser humor está desapareciendo. El escritor Antonio Caballero, que en días pasados dedicó una caricatura al tema, lo resume en dos frases: “El problema no es del que habla, sino del que oye. Así los humoristas se resistan a la corrección política, si las personas se someten a ella tendremos un mundo aburridísimo donde habrá chistes pero no gente que se ría” (…)

Por casos semejantes y similares es que a veces hay que mandar a la mierda a las minorías, porque se vuelven más intransigentes, más intolerantes que quienes no lo son. Sin eufemismo lo he dicho! Amén!


5.      Lo que Viviane Morales y sus mujeres firmantes no han entendido[6] Catalina Uribe. 

Hay quienes dicen que la sociedad está perdiendo sus valores, pero quizá lo que esté pasando es que nos estamos perdiendo en ellos. Es difícil determinar lo que es bueno y justo en cada situación, pero no es tan difícil ver lo que es cruel. Relegar a una parte de la población, rechazarla a una ciudadanía de segunda, e impedirle ayudar a una infinidad de niños que necesitan ayuda, es cruel. La crueldad de la discriminación debería poner en jaque a muchos pseudo-valores, pero al final del día es más fácil creerse un buen cristiano que de hecho serlo.

La estupidez humana está presente cada día, advirtiendo a ratos que la estupidez puede ser mía al erizarme con esos temas, los del centro democrático –que ni se merecen las mayúsculas del título- de uribe –que tampoco se lo merece- ni de sus huestes, con lo cual la mala leche me ha llevado a la intolerancia que ellos predican, parece como una técnica usada por la CIA, como adelante se verán tips. Hoy nos reímos de los primeros concilios católicos, en donde el tema central y que daba lugar a discusiones eternas, irónicamente bizantinas, sólo hablaban sobre el sexo de los ángeles, la virginidad de la virgen. Guardadas proporciones, así estamos hoy, así seguimos y nos encantas las discusiones bizantinas, porque sabemos que son de nunca acabar, que terminan en trompadas y que son perfectas para demostrar que la racionalidad no sirve para nada. Sin argumentos, lo mejor es gritar e insultar, Ave Cesar! (con mayúsculas correspondientes, para la ironía). Acabo de leer que se intentó limitar esas discusiones con el Edicto de Constante[7] (interesante!), será que lo pudiéramos decretar acá?

6.      Las sectas[8]. Melba Escobar.

Aunque no crea en los nacionalismos, o más bien crea en el daño que pueden causar, me cuesta no pensar en Colombia como un país con una serie de tics, de manías, de sesgos, de rasgos particulares tan específicos que cuesta no caer en generalizaciones. (…)
Al final, las sectas, o castas, o pandillas o como quiera cada uno llamar a su circulillo, se alimentan de su contraposición con otra secta o pandilla o casta o lo que sea: la derecha contra la izquierda, el Sí contra el No, la oligarquía contra el proletariado, los conservadores contra los progresistas, los de Suba contra los de Usaquén, el Santafé contra Millonarios, Uber contra Tappsi, o lo que sea, siempre habrá forma de encontrar un opuesto, de aferrarse a la secta con garras y dientes y oponerse a ese otro con pasión visceral y descarnada, como eternos hinchas furibundos en un partido que nunca se acaba.

Sin mayor comentario, así somos cuando queremos ser pandilleros!


7.      ¿Por qué se viralizan las noticias falsas en Internet?[9]


Expertos en redes sociales coinciden en que hay dos razones fundamentales para que esto ocurra: pereza cognitiva de los propios usuarios. Y, en casos más complejos, sofisticadas estrategias de gurúes digitales que manejan al dedillo la crispación reinante en la web. En cuanto a la primera explicación, es claro que los consumidores de Internet se dejan llevar por los vaivenes de herramientas como Facebook y Twitter.
Respecto a la segunda razón, es claro que la red puede ser un peligroso amplificador de intereses mezquinos. De hecho, en el mundo existen al menos 1.500 organizaciones dedicadas a la creación de mentiras virales para hacerles daño a gobiernos, multinacionales o personajes públicos

No me queda gran comentario, por un lado, estúpidos que somos y por el otro, por estúpidos que somos. Y caemos en ambas y lo peor, recaemos sin rubor!

              8.      Tips del manual de sabotaje de la CIA[10]. Luis Carlos Reyes 

Quizá Colombia esté más infiltrada por la CIA de lo que John Lenin, el personaje de Jaime Garzón, se imaginaba.
Primer tip de sabotaje: “Insista en que todo se realice a través de ‘conductos regulares’. Bajo ninguna circunstancia permita que se tomen atajos para lograr decisiones más expeditas”. En este aspecto, la victoria de la CIA ha sido completa. En Colombia, hasta las visitas al baño están reglamentadas.
Segundo: “En cuanto sea posible, dé discursos, hable tan frecuentemente como le sea posible… y no dude en hacer algunos comentarios patrióticos pertinentes”. La aplicación de este principio es evidente no sólo en los discursos del congreso, donde al fin y al cabo uno espera este tipo de cosas. También lo es en el sinnúmero de reportes y documentos no legales que empiezan con panegíricos a la constitución, a las leyes y a tal o cual decreto, y luego lo dejan a uno en las mismas y sospechando que en el fondo no se dijo nada.
Siguientes tres: “Delegue tantos asuntos como sea posible a comités para ‘estudio y consideración adicional’. Trate de hacer que los comités sean tan grandes como sea posible – nunca de menos de cinco personas”; “traiga a colación tantos temas irrelevantes como le sea posible”; y “debata interminablemente sobre las palabras exactas de comunicados, minutas y resoluciones”. Los logros de la CIA en este campo no son sólo evidentes en las ocasionales comisiones de notables que se nombran para abordar nuestros problemas, sino en cosas del día a día. Pensemos, por ejemplo, en cómo tras meses de trabajar en la regulación de Uber el Ministerio de Transporte se quedó callado con respecto al verdadero problema, que es la existencia de los cupos de taxi, pero sí se explayó en disposiciones sobre el color de la pintura de los “taxis de lujo”. Como acto de sabotaje, hay que reconocerlo, es brillante.
Siguiente tip: “Vuelva a traer a colación temas que ya se habían decidido en reuniones pasadas, y trate de reabrir el debate sobre la conveniencia de las decisiones ya tomadas”. Es un éxito contundente de la CIA si pensamos en cómo las disposiciones de una alta corte contradicen las de otra, luego son suspendidas por un tribunal extranjero y por último, digamos, son invalidadas por un juez promiscuo del Amazonas. Una vez traté de explicarle a un amigo washingtoniano cómo fue el circo de veredictos en contra y a favor de la destitución del alcalde Petro y tuve que desistir. A estas alturas ni la CIA entiende.

Y concluyo, los gringos nos estupidizaron, primer pecado; segundo pecado, nos dejamos estupidizar, por estúpidos, y hoy… seguimos arrodillados, pero más sabidos, dirán algunos.

Colofón: Vale la pena a esta edad emputarse por todo eso, sabiendo que somos invisibles y que nuestra opinión no importa? Que con nosotros o sin nosotros las cosas seguirán iguales?



(Foto de Facebook)



[2] http://esmateria.com/2013/01/23/el-escandalo-de-los-medicamentos-veneno/

[7] Edicto de Constante. En el siglo VII, los ciudadanos del Imperio bizantino se habían convertido en teólogos aficionados. Cualquier tertulia podía degenerar en una acalorada discusión sobre la Trinidad o la naturaleza del Padre y del Hijo. Este tipo de discusiones (modernamente llamadas bizantinas) estaban calentando todo el imperio y todos los niveles de inteligencias, así que Constante II, aunque era un hombre joven de diecisiete años, indiferente a los debates religiosos que convulsionaban la Iglesia., le preocupaba sin duda el efecto que todos estos debates arcanos estaban produciendo sobre el Imperio Romano, y para dar una solución emitió un edicto imperial conocido como el "Tipo de Constante" en el año 648, aunque el edicto no consiguió extirpar el virus de la discusión bizantina , que proseguiría hasta el siglo XV. Este edicto hizo ilegal el discutir "de cualquier manera", sobre si Cristo poseía una o dos naturalezas, o lo que fuera sobre otros temas parecidos. Declaró que toda la controversia debía ser olvidada - "hay que mantener el sistema que existía antes del inicio de la contienda, ya que así habría sido si no hubiera surgido la discusión.". Hubo una gran variedad de penas aplicables a toda persona que desobedeciera el decreto imperial. Los obispos o empleados de la iglesia, serían depuestos. Los monjes debían ser excomulgados, mientras que los funcionarios públicos u oficiales del ejército perderían su cargo. Los ciudadanos privados de rango senatorial, tendrían sus bienes confiscados. Finalmente, para la gran masa de la ciudadanía, los transgresores se enfrentarían a castigos corporales y al destierro de por vida. Wikipedia. http://www.elespectador.com/opinion/sectas.

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