lunes, 27 de noviembre de 2017

PALABRAS SIN SENTIDO


En el mundo de hoy son muchas las palabras que ya carecen de sentido, porque se les haya cambiado significado, porque no han sido comprendidas, porque no son vividas, porque fueron tergiversadas, trocadas, truncadas y aún manipuladas o mutiladas.

En Facebook, un grupo denominado un millón de voces por la paz. Pareciera que se equivocaron de nombre y en vez de voces debería decir de coces. Como todos los grupos y opiniones de las redes sociales, los nombres designados terminan tergiversados, confundidos, olvidados, maltratados.

Pensaba que la tolerancia con ese nombre llevaría a unir gente en favor de la paz. Me equivoqué, como siempre. Es un grupo que comenzó a desperdigarse, al parecer con el beneplácito de su administrador y con el tiempo se convirtió en un nido para desunir, denigrar y sacar lo peor de las opiniones de los participantes. Naturalmente, por su contenido político, las palabras disonantes surgen contra Uribe, Ordoñez y demás politiqueros que nada nuevo ni bueno aportan, salvo la disociación y el crear un medio de miedo.

Nada de eso es cierto, ni la ineficacia de las vacunas ni la creación del mundo con Adán y Eva en medio de los dinosaurios, pero la falta de verdad no importa pues la gente no se moviliza por argumentos (así lo crea), sino por defender a su grupo, que es su identidad, su marca.
Tal vez todo esto esté relacionado con el miedo que hoy existe al anonimato; a quedar perdido en medio de una masa humana globalizada que consume lo mismo, piensa lo mismo y hace lo mismo. La mejor ilustración de este miedo es el afán por aparecer en las redes sociales, incluso a costa de la buena imagen. Cada vez hay más gente que prefiere una notoriedad ridícula a un anonimato sereno. Eso no pasaba antes. La vergüenza era algo que casi todo el mundo evitaba; hoy pareciera como si muchos la buscaran.(1)

He de hacer un paréntesis. Soy furibundo antiuribista, antiordoñizta, antipetrista y demás fauna nacional. Replico la mayoría de mensajes contra ellos, me confieso, trato de no hacerlo, pero hay una parte de mí que como rechazo a todos ellos me lleva a denigrar. Mea culpa. Para unas cosas soy intolerante, como a la lactosa, me prometo cambiar pero no he podido, ante tanta estupidez. Cierro el paréntesis.

Luego aparecieron los neoilustrados (aquellos que no investigan ni piensan ni toleran, tal vez como una parte mía) y que van soltando frases que solo llevan al caos. Dizque votar en blanco es votar por Uribe. Que el voto en blanco patatín, patatán y con ello desinforman. Alguno decía, tratando de mediar en la discusión, que se consultara con un funcionario de la Registraduría sobre el alcance del voto en blanco. Para qué, me preguntaba. Acaso la Constitución no es clara en ese aspecto? Simplemente dice: Art. 258, PARÁGRAFO 1o. Deberá repetirse por una sola vez la votación para elegir miembros de una corporación pública, gobernador, alcalde o la primera vuelta en las elecciones presidenciales, cuando los votos en blanco constituyan mayoría absoluta en relación con los votos válidos. Tratándose de elecciones unipersonales no podrán presentarse los mismos candidatos, mientras que en las de corporaciones públicas no se podrán presentar a las nuevas elecciones las listas que no hayan alcanzado el umbral. 
           
Es una manera en que la democracia puede depurar, aunque también es cierto el dicho popular colombiano: Hecha la ley, hecha la trampa. Naturalmente si se saca a un aspirante, éste pondrá a alguien de su parentela, pero es una forma -me ilusiono- de limpiar la política. En consecuencia, el voto en blanco vale la pena probarlo, porque dentro de la democracia, qué más se puede hacer, en medio de un país de leguleyos?

Llegó un momento en que por sanidad mental y ante la arremetida a mis comentarios decidí salirme de ese grupo, ante tantos incompetentes, groseros e ignorantes, lo mejor fue salir corriendo de allí. Naturalmente el sinsabor queda y por eso este blog.

            Y retornando al título del blog, la paz es una de esas palabras que vienen perdiendo sentido, como el sentido común. Por eso baste con transcribir:

La noción de paz está íntimamente ligada a la idea de curación, reconciliación y perdón. Es una actitud de la mente y del corazón que permite trascender un pasado doloroso para reencontrarse con el otro a un nivel de relación más alto. De hecho, la paz evoca la salud del cuerpo social que se recompone en unidad, después de una profunda experiencia de dolor en la cual los individuos se niegan y se desconocen. (…) De hecho, el fundamentalismo no es otra cosa que la convicción rígida de tener la verdad y de estar en lo correcto sin la capacidad de ponerse en relación con otras ideas. Además, el fundamentalismo está radicado en la convicción de que el otro no puede cambiar o evolucionar porque es la encarnación del mal. Sólo con esta abertura uno puede redescubrir al otro y así redescubrirse a uno mismo. La forma más poderosa para hacer eso es ponerse a escuchar y compartir las historias y las experiencias entre todos. Este sería un ejercicio que nos humanizaría.(2)

Sólo para tener en cuenta, me digo, porque de cambiar, nada cambia.


Cuadro al óleo y espátula. JHB (D.R.A.)


(1) Mauricio García Villegas. La defensa de lo pequeño. https://www.elespectador.com/opinion/la-defensa-de-lo-pequeno-columna-720176
(2) Aldo Civico. El fundamentalismo colombiano. https://www.elespectador.com/opinion/el-fundamentalismo-colombiano-columna-722007

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