viernes, 23 de febrero de 2018

OTRO ENGAÑO DE LA PUBLICIDAD



            No sé si se habrán dado cuenta de la publicidad engañosa que escudada en fines aparentemente filantrópicos resultan una forma de ahorro para el anunciante, mas no para el consumidor.

            Me refiero a una publicidad parecida a la siguiente:


Cuidamos tu salud
y la del planeta
Es por eso que a partir de ahora la factura de los productos que tienes con nosotros llegarán a tu correo electrónico.
Así haremos más fácil y segura la forma de pagar y juntos protegeremos al planeta evitando la tala de cientos de árboles.


            En principio uno apoya la idea, pero el trasfondo es mayor. Es una práctica que ya han adquirido los servicios públicos, los bancos y en general las empresas a las que uno debe pagarles mensualmente.

            Una factura implica papel, tinta, sobre, envío, por no mencionar el personal encargado, y eso cuesta, pero aclaro que no forma parte del costo de la empresa, sino costo trasladado al consumidor.

            Dónde se evita a la tala de árboles, me preguntaba. Ellos no generan la factura, pero para pagarla nos obligan a que nosotros la imprimamos en casa, porque hay que llevar el físico para el pago efectivo. Ellos evitan la tala, pero nos trasladan la responsabilidad de imprimirla por lo que somos nosotros los que terminamos siendo responsables de la tala aludida. Qué buen juego de sentimientos los que se logran con la publicidad.

            Y lo que me da piedra es que ellos reducen costos (que ya estaban calculados para ser pagados por nosotros los consumidores) pero no nos descuentan ni reembolsan esos costos que ya fueron pagados por uno, es decir que, si se me permite ver la perversidad del asunto, se están enriqueciendo adicionalmente sin justa causa, porque el ahorro de ellos, pagados por uno, se lo quedan y adicionalmente nos ponen en la carga de imprimir a nosotros, cuyo valor puede ser mínimo pero que terminamos pagando doble, porque el costo inicial ellos se lo quedaron –no nos devolvieron el valor previsto en el producto y nos toca pagar la impresión adicional como anoté- y nos obligan a que nosotros imprimamos.

            Por el otro lado, la perversidad de usar la excusa de la tala de árboles para apoyarlos en obtener una ganancia adicional sin ninguna carga emocional, para ellos.

            El sistema es perverso y la manipulación es mayor. Desafortunadamente como hombres invisibles no podemos hacer nada, someternos porque si no pagamos la factura no hay servicio. Y terminamos creyendo que ese apoyo a tan loable labor es gracias a nuestro querer para que el planeta no se extinga! O como dirían antaño, tras de bobos con paperas!

Para cambiar China, concluyó, sería necesario primero cambiar la sociedad. Para cambiar la sociedad, se tenía que cambiar antes el sistema. Y para cambiar el sistema, se debía comenzar cambiando a los que había en el poder. Mao. (1)

Óleo sobre papel. Espátula. JHB (.D.R.A)



(1) Philip Short. Mao.

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