lunes, 12 de febrero de 2018

MI VOTO


Estamos en época electoral. Antaño se acuñó la frase de que mi voto podía hacer la diferencia. Siempre me pregunté cuál diferencia? En 40 años de vida política han pasado diez gobiernos y todos semejantes, con algunas divergencias, que en últimas no son tan notorias.

Los votos que consideramos sensatos, los llevados por gente que nos consideramos sensatos, con algo de sentido común, con un poco de inteligencia independiente, que no estamos atados soterráneamente a ningún político no somos los que elegimos. Eligen los que tienen amarrados el voto al puesto burocrático, los que compran los votos, los que se amangualan con los otros poderes, de donde concluyo razonablemente hoy, que mi voto no vale nada. Ni suma ni resta, tal vez divida, pero no más.

Pero hay algo más que aparentemente ninguno de nosotros sabía. Hoy el voto decisivo no es el del votante, son otros los que deciden, como siempre se pensará, pero el de hoy es el voto dirigido, nacido de la globalización y del adelanto tecnológico. Vi un programa en DW, bastante interesante, sobre la sicometría aplicada a la política. Se llama el programa: Juego sucio: Cómo ganó Trump las elecciones(1). Manipulación solo manipulación, de la rampante y de la sofisticada, del miedo, del odio, de las mentiras, del poder, de argucias, de sucias argucias.

El ejercicio que hizo algún conocedor fue averiguar sobre su propia vida en Internet y se llevó la sorpresa de que conocían todos sus gustos viendo las publicaciones, jugando con la información de las redes sociales, tan solo por los me gusta, los comentarios formulados al aire, los anuncios compartidos. Y efectivamente a uno lo condicionan porque saben más de nuestras vidas que nosotros mismos. Un ejercicio que hicieron en el programa relata cómo y cuánto Internet sabe más de uno que la gente, la familia, los compañeros nada más jugando con algoritmos.

Me hizo pensar que nada más viendo las barbaridades que publico, los comentarios venenosos que hago sobre política, cadenas y demás cosas del feis, ya tienen mi perfil de viejito próximo a morirse, criticón, que odia tanto a Petro, como a Ordoñez, a Uribe y demás políticos, por lo tanto no soy votante que pueda servir, pero me orientarán a una zona desconocida, aún por mí mismo, pues con esa información me manipularán de alguna manera. Saben que me producen urticaria los temas religiosos, las frases mentirosas, la política, que soy calvo porque no uso champú, que muchas veces me dejo llevar por la mala leche, que soy irreverente a veces lindando a grosero, etc.

Siendo así, cada día me convenzo más que mi voto es, además de intrascendente, trivial, futil, vano, porque no hago ninguna diferencia, como antaño me habían inculcado, pero, siempre hay un pero, al menos será para poner en aprietos, al votar en blanco, sabiendo que la Constitución(2) –si de algo sirve, agrego- permite descabezar a unos cuantos vagabundos –aunque sé que en la siguiente les reemplazarán otros de la misma calaña- y de esa manera espero que mi voto pueda marcar alguna diferencia, al menos dentro de mi propia convicción.

La historia es lo más importante para una nación. Es la base sobre la que se apoya cualquier sociedad. Y a nosotros nos han robado la nuestra. Los libelos de nuestros enemigos nos la han arrebatado y la han mancillado hasta extraviar al pueblo.(3)


Óleo sobre papel. Espátula. JHB (D.R.A.)


(1) Puede verse en http://www.dw.com/es/juego-sucio-c%C3%B3mo-gan%C3%B3-trump-las-elecciones/av-42109422
(2) Artículo 258. (…) PARÁGRAFO 1o. Deberá repetirse por una sola vez la votación para elegir miembros de una corporación pública, gobernador, alcalde o la primera vuelta en las elecciones presidenciales, cuando los votos en blanco constituyan mayoría absoluta en relación con los votos válidos. Tratándose de elecciones unipersonales no podrán presentarse los mismos candidatos, mientras que en las de corporaciones públicas no se podrán presentar a las nuevas elecciones las listas que no hayan alcanzado el umbral. 
(3) Robert Harris. El hijo de Stalin.

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