Ese
usted oído en un capítulo de Star Treck me lo apliqué. En varias oportunidades
de mi vida laboral lo oí, cuando pensaba que yo era importante, pero me
repitieron somos prescindibles, hoy estamos, mañana no.
Si lo
pienso bien, ya más objetivamente –si ello es posible-, puedo afirmar no soy
importante.
Y
veamos: Para el gobierno, no lo soy a menos que tenga que pagar impuestos y ser
objeto de estadísticas que no llevan a ningún lugar. Para él no soy nada
importante, una cédula más, un Nit más, conmigo o sin mí el gobierno prosigue.
Ni siquiera mi voto es importante, porque no hace diferencia –a pesar de que la
demagogia diga lo contrario-, ni para eso soy importante.
Para
la sociedad, si así puedo predicarlo de ese componente etéreo tan inexistente
como el gobierno, tampoco soy importante, porque soy una más, invisible y no
indispensable, porque no hago diferencia, talvez tumulto.
Si
reduzco más ese conglomerado, para el vecino no soy nada importante, cero a la
izquierda, tal vez ni siquiera me conoce, menos ha de reconocerme. En su vida
soy inexistente mientras no nos tropecemos en el ascensor, donde la educación
indica que ha de saludarse, pero no más. Con un vecino no se puede intimar, es
peligroso, me ha enseñado la vida que no hay peor cosa que un mal vecino. Por
eso tampoco para esos vecinos soy importante, como ellos no lo son para mí, he
de aceptar.
Para
mi círculo más cercano, qué tan importante soy? Si se pudiera ser objetivo ante
esta pregunta y se evitara todo eufemismo –no
mijito, no diga eso, nosotros lo queremos, usté es muy importante pa’ nosotros-
se podría uno preguntar qué tan importante es uno para ellos? Podrían vivir sin
mí? Soy indispensable e imprescindible para ellos? Requieren de mí para vivir
su propia vida? Con eufemismo las respuestas serán afirmativas; siendo objetivo
y con respuestas negativas, vuelvo y me pregunto qué tan importante soy?
Por
eso es mejor no seguir indagando para evitar preguntarme ante el espejo qué tan
importante soy para mí mismo?
Deseaba por
encima de todo, no molestar a nadie, pasar inadvertida, apagada como una sombra
en la oscuridad. (1)
Óleo sobre papel. Espátula. JHB (D.R.A.)
(1) Saramago. Claraboya.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario