Anoche, por si lo olvidas, tuviste cuatro
sueños que debes recordar y para que no lo olvides, te los voy a resumir,
porque eras muy joven, estabas en tus quince años...
Recuerda que estabas en un lugar
conocido, pero a la vez desconocido, porque era un lugar que tienes presente al
haber estado allí en tus sueños, pero en la realidad, no has podido ubicarlo en
un sitio preciso. Estabas allí, una calle en un espacio bastante abierto,
caminabas con otras personas, por ahora intrascendentes y salía un conejo y lo
perseguían, se iba pero volvía, todos lo rechazaban con el pie; se iba pero
volvía... En cuanto a ti, también te perseguía, rozaba su cuerpo contra tu
pierna, tu le rechazabas suavemente y se alejaba, pero insistente volvía.
Pasado un tiempo, sentías que el rechazo del conejo no era propiamente por
temor a él y poco a poco le empujabas como diciendo sigue tu camino, amigo mío,
ya como un compañero del cual te despedías sin ningún temor porque sabías que
en todo caso siempre iba a estar allí, de cualquier manera... Al despedirte del
conejo supiste quién era, porque se oyó tu adiós, conejo de la suerte!
Después...
Ibas en un crucero, mirabas a través
de una escotilla hacia la zona en donde se encontraba la piscina que a la vez
era el mar mismo, veías personas que estaban flotando, más que nadando y no
estabas muy seguro si eran víctimas de un hundimiento o de su propia diversión,
aunque te mantenías calmado. Subías y desde un lado del barco divisabas a las
personas que estaban dentro del mar, nadaban o se ahogaban? Nunca se sabría
porque ni estaban sufriendo ni estaban pidiendo auxilio, pareciera que estaban
nadando. Antes de irse el sueño mandaste un salvavidas a alguien, la última
imagen que viste fue a ese alguien metido dentro del salvavidas...
Después...
Estabas, al parecer solo, en la casa
de tu infancia, leías y mirabas lo que pasaba en la calle, a un mismo tiempo;
en el prado había una camioneta de las de hoy, a pesar de que eras muy joven.
Llegó un trasteo trayendo unas sillas de oficina y unas bibliotecas, pasó de
largo pero sabías que iban para tu casa, el destinatario era uno de tus
hermanos que apareció junto con su esposa, como a la espera de los muebles que
llegaban, pero no comprendías la relación de muebles para tu hermano en la casa
de tu infancia, un carro último modelo de hoy en un ayer distorsionante.
Definitivamente con este sueño quedaste perdido, aunque tampoco es que te haya
molestado de ninguna manera el no haber entendido nada.
Después...
En dónde? Ningún lugar conocido,
estabas en una acera, te resbalaste y caíste... encima de una cagada, se te
ensució una punta del bolsillo izquierdo, una punta de la cartera que tenías en
el bolsillo derecho y el pañuelo. Te enojaste? Parece que no, pero qué cagada
caer en una cagada... Apareciste en un lavadero grande, con techo de zinc,
pareciera el lavadero de la casa de tu tía y comenzaste a lavar el pañuelo,
pero ah! de un momento a otro, pasando el jabón el pañuelo se rasgó de un
momento a otro, el lugar permaneció, ese patio donde la tía, o tal vez era tu
casa de infancia? En todo caso, se veían brevos y al borde del lavadero
aparecieron dos serenateros, con guitarras raídas, pero sus voces hacían
resonar los boleros que cantaban, dos serenateros como sus guitarras, raídos.
Casualidad, esos dos serenateros eran esos dos aprendices de ladrones que
tenías de vecinos, pero se les perdonaba todo porque tenían buena voz y los
boleros que entonaban eran muy bonitos, a pesar de que no sabías qué cantaban.
Así como aparecieron se diluyeron con un despertar.
Después... despertaste...
Son sueños que debo recordarte, porque
soy tu recuerdo y de esta forma impido que me olvides...
Toca las estrellas mientras duermes
y que tu sueño te lleve a ese lugar que tanto anhelas en tu corazón. Que tomado
de la mano, de ese amor eterno, recuerdes los bellos momentos vividos en
eternidad. Y
que tu ángel de la guarda te cubra con sus alas de luz! Hasta mañana y hasta siempre. Mónica.
Foto: JHB (D.R.A.)
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