Apenas la conocía y sin embargo creía
leer su corazón, creía sentir su tristeza, creía ver su fragilidad.
Apenas la conocía y ya sentía que la
conocía de antaño; apenas la conocía y ya creía conocerla... y ya deseaba
conocerla.
Disfrutaba viéndola, oyendo su risa
espontánea y hasta sus alocados ímpetus de explosiones de furia, su constante
parloteo y su constante actividad, sus picantes comentarios y sus escasos
silencios.
Una mancha en la pared dibujada al
azar por el azar.
Desde hacía días quería contarle lo
que veía en él, pero nunca había llegado el momento. Un día llegó el momento y
le preguntó:
- Qué ves?
- Una mancha.. - dijo ella y luego
agregó- Un avión.
- Qué más? Prosiguió él.
- Un pájaro...?
- La libertad... concluyó él.
Una llamada cambió el giro de la vida.
Supo que se iba y una eterna tristeza invadió la eternidad del segundo en que
lo supo.
La mancha se fue destiñendo y con ella
se fue yendo la libertad. Él simplemente le dedicó una sonrisa, sabiendo que
solo así podría darse la despedida, porque ya estaba acostumbrado a las
despedidas y a ver cómo la libertad se iba.
Óleo sobre papel, técnica espátula. JHB
No hay comentarios.:
Publicar un comentario