lunes, 29 de octubre de 2018

APENAS LA CONOCÍA


 

Apenas la conocía y sin embargo creía leer su corazón, creía sentir su tristeza, creía ver su fragilidad.

Apenas la conocía y ya sentía que la conocía de antaño; apenas la conocía y ya creía conocerla... y ya deseaba conocerla.

Disfrutaba viéndola, oyendo su risa espontánea y hasta sus alocados ímpetus de explosiones de furia, su constante parloteo y su constante actividad, sus picantes comentarios y sus escasos silencios.

Una mancha en la pared dibujada al azar por el azar.

Desde hacía días quería contarle lo que veía en él, pero nunca había llegado el momento. Un día llegó el momento y le preguntó:

- Qué ves?

- Una mancha.. - dijo ella y luego agregó- Un avión.

- Qué más? Prosiguió él.

- Un pájaro...?

- La libertad... concluyó él.

Una llamada cambió el giro de la vida. Supo que se iba y una eterna tristeza invadió la eternidad del segundo en que lo supo.

La mancha se fue destiñendo y con ella se fue yendo la libertad. Él simplemente le dedicó una sonrisa, sabiendo que solo así podría darse la despedida, porque ya estaba acostumbrado a las despedidas y a ver cómo la libertad se iba.

Óleo sobre papel, técnica espátula. JHB 

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