Ante
cada desgracia colectiva surgen a veces voces honestas con deseo de hacer mejor
este mundo. Son impulsos que a veces surgen, como dije, y generalmente detrás
de una desgracia colectiva aparecen quienes hacen algo, al contrario de
personas como yo, que no hacemos nada, he de confesarlo, no tengo ni una pizca
de alma de héroe ni de poeta.
Y
si ese impulso coge fuerza, se suman aquellos que buscan sacar su tajada de la
desgracia humana y que abusivamente se apropian de los mejores esfuerzos de los
demás, toda esa miseria humana que abundan en nuestras calles, entre políticos,
gente frustrada, gente amargada. Al menos esos deberían hacer como uno, que no
hacen nada, pero que tampoco entorpecen, dejan que hagan los que realmente son
buenos de corazón.
Como
sea, en manos de buenos o malos, esos impulsos se van desvaneciendo con el
tiempo, se evaporan las palabras y en la nebulosa quedan los resultados. No se
trata de desalentar a los pocos buenos que pueden quedar, son reflexiones a
propósito de los recuerdos. Fue un mero impulso en que me hizo escribir.
«No
hay nada más peligroso que alguien que quiera hacer del mundo un lugar mejor». BANKSY (1).
Tomado de Facebook.
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[1] Citado por Matilde Asensi. Sakura.
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